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El Gobierno y la región

Ahora hay que reclamar soluciones que abarquen todo el espectro regional, aprovechando que en sus últimos planteamientos, el presidente Santos expresó su propósito de gobernar de manera más estrecha con la provincia colombiana.

18 de junio de 2014 Por:

Ahora hay que reclamar soluciones que abarquen todo el espectro regional, aprovechando que en sus últimos planteamientos, el presidente Santos expresó su propósito de gobernar de manera más estrecha con la provincia colombiana.

Con la reelección del presidente Juan Manuel Santos se renueva también la necesidad del apoyo al Valle como epicentro del progreso y de las necesidades del suroccidente de Colombia. Por eso, la voz de sus dirigentes públicos y privados debe unirse para conseguir que la Nación asuma el compromiso de abrir las oportunidades de progreso que reclama la región. Pasada la contienda electoral y con la vista puesta en el futuro, se hace necesario reconocer el interés del Gobierno Nacional por el Valle del Cauca. Cali y nuestro Departamento han recibido un respaldo importante, reflejado en más de seis billones de inversión, tres billones de los cuales se dirigieron a la capital en diferentes campos. Son cifras importantes que han significado un gran impulso a la atención de los asuntos sociales tanto como a la construcción de la infraestructura que se requiere para mejorar la competitividad. Sin embargo no han sido suficientes para resolver las dificultades que padece la región, o para detener el crecimiento de los dramas sociales y las inconvenientes económicas que dejan el abandono y la violencia en todas las clases. Es que el asunto ya no puede verse sólo entre los límites de la división política, porque los generadores de los problemas rebasan las fronteras municipales y departamentales para afectar al Valle en todos sus aspectos. Ahora hay que reclamar soluciones que abarquen todo el espectro regional, aprovechando que en sus últimos planteamientos, el presidente Santos expresó su propósito de gobernar de manera más estrecha con la provincia colombiana. El caso de Buenaventura y de Tumaco puede ser un buen ejemplo, en la medida en que allí se concentran todos los males del litoral pacífico. Pero allí también pueden empezar las soluciones al atraso y la violencia, para construir ciudades con capacidad de ofrecer seguridad y oportunidades a sus habitantes, y de acoger la inversión privada para impulsar la independencia económica que requieren como motor de desarrollo.También es urgente encontrar salidas a los dramas que se viven en el suroccidente del país. Aunque las posibilidades de lograr un acuerdo de paz con la guerrilla hacen pensar en que la violencia cederá, hay que tener en cuenta que la zona es codiciada por el narcotráfico. Y que de ella se han desprendido fenómenos de pobreza y desarraigo que, como sucede en el Pacífico, son motores del desplazamiento que termina en el Valle y en Cali, en busca de protección. Son esos fenómenos los causantes de las invasiones y de hechos que atentan contra la convivencia. Igualmente, es necesario redoblar los esfuerzos para conseguir recursos que permitan sacar adelante iniciativas como el Sistema de Transporte Masivo, para atender las necesidades de Cali en materia de infraestructura y evitar amenazas como los costos que deberán asumir Emcali y los usuarios a causa del incremento en el precio de la energía. Todos estos asuntos, entre muchos otros, son los que necesitan del apoyo nacional para lograr la tranquilidad y el progreso que quieren los vallecaucanos, quienes en su mayoría expresaron su apoyo a la reelección del presidente Juan Manuel Santos.

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