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El drama de Iraq

Para el analista británico Peter Cockburn “es dificil decir cuándo una serie de enfrentamientos extremos que provocan muertes pasan a ser una guerra civil. No hay duda de que las diferencias entre el gobierno y los sunitas están creciendo y que los niveles de violencia son mayores que los de 2008. Podríamos describir lo que ocurre hoy como una guerra civil de baja intensidad”.

12 de agosto de 2013 Por:

Para el analista británico Peter Cockburn “es dificil decir cuándo una serie de enfrentamientos extremos que provocan muertes pasan a ser una guerra civil. No hay duda de que las diferencias entre el gobierno y los sunitas están creciendo y que los niveles de violencia son mayores que los de 2008. Podríamos describir lo que ocurre hoy como una guerra civil de baja intensidad”.

Iraq vive un repunte de la violencia nunca antes visto. Desde julio, al menos 1.000 personas murieron y otras 3.000 resultaron heridas, según datos de Naciones Unidas, que apenas se limita a llevar el pavoroso conteo.Desde abril el país ha registrado más muertos de manera violenta que el total acumulado en los últimos cinco años. Son las consecuencias de una guerra impuesta, que le hizo perder a una parte importante de su juventud y cambió a la fuerza las relaciones entre los grupos étnicos y religiosos, destruyó su institucionalidad y arruinó su economía.Adicionalmente la industria petrolera de Iraq, el corazón de la vida económica, también se resintió con la guerra. Antes de la invasión estadounidense la producción se estimaba en 3,5 millones de barriles diarios y hoy apenas alcanza los 2,4 millones. Además, aunque franceses, chinos, estadounidenses y británicos siguen explotando su petróleo, los mejores negocios, relacionados con la ingeniería de producción, pasaron a manos norteamericanas.Halliburton, la empresa del exvicepresidente Dick Cheney, ya obtuvo un contrato sin licitación para arreglar los pozos iraquíes. La adjudicación a las empresas cercanas al gobierno era tan burda que Halliburton debió retirarse de otras licitaciones. Ni siquiera están en el reparto las empresas británicas. La revista The Economist afirmó que los contratos serían exclusivamente para firmas norteamericanas y podrían aprobarse sin la anuencia del Congreso.A todo esto, el Ejército estadounidense otorgó sin licitación a una división de Halliburton, la sociedad Kellogg, Brown & Root, el principal contrato para luchar contra incendios de pozos de petróleos iraquíes. En cuanto a la explotación de crudo, el predominio angloamericano es evidente. Para muchos esta fue la verdadera razón para la invación, antes que la deposición del tirano Husein o la búsqueda de armas de destrucción masiva que jamás se encontraron.Lo anterior lo ha pagado caro el pueblo iraquí y constituye el telón de fondo para múltiples resentimientos y venganzas. Los jóvenes sunitas no tienen posibilidad de encontrar trabajo en el sector público y muy poco en el sector privado debido al predominio de chiítas en el gobierno y a la desconfianza conque los ven las empresas occidentales. Ellos constituyen el principal contingente de sectarios religiosos, que se sienten traicionados y acusan a los chiítas de haberse entregado a Estados Unidos y a Irán, además de apoyar a la dictadura siria.Para el analista británico Peter Cockburn “es dificil decir cuándo una serie de enfrentamientos extremos que provocan muertes pasan a ser una guerra civil. No hay duda de que las diferencias entre el gobierno y los sunitas están creciendo y que los niveles de violencia son mayores que los de 2008. Podríamos describir lo que ocurre hoy como una guerra civil de baja intensidad”.Y Occidente, que causó buena parte del drama que vive Iraq se desentendió del asunto. Ya tiene el petróleo y los negocios relacionados con él, que era lo que le interesaba. Mientras tanto, la ONU sólo se dedica a contar los muertos y heridos.

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