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El Departamento, ¿sin futuro?

8 de septiembre de 2010 Por:

"Nada puede ser más grave que la amenaza de tener que rebajar de categoría al ente departamental..."

Alarmante por decir lo menos es el informe que la Contraloría Departamental presentó sobre las finanzas del Departamento y el manejo de la Hacienda Pública. Tiempo para hacer un llamado a las fuerzas políticas y a todos los estamentos sociales acerca de la responsabilidad que nos cabe a los vallecaucanos en el rescate de una entidad que ha sido líder en Colombia y factor de desarrollo para nuestra región.Muchos pensarán que la situación del Valle no importa en su vida diaria, porque el Departamento fue capturado por el clientelismo y la corrupción, que hace fiestas con sus recursos. O que eso no es un asunto de quienes habitan aquí y pagan sus tributos, sino de los pocos que manejan la política regional, penetrada como está de toda clase de vicios y de intereses particulares. Quizás por eso, la indiferencia parece ser el sentimiento generalizado frente al ente que antes simbolizaba el empuje de nuestra gente y era escuchado con respeto en todos los escenarios nacionales e internacionales.Hoy, las circunstancias son dramáticamente las opuestas. En contra de la indiferencia que genera tanto infortunio, es necesario reconocer el daño que ocasiona el desgreño administrativo en que está sumido el Departamento. Basta referirse al informe de auditoría a 31 de diciembre de 2009, presentado por la Contraloría, para entender el perjuicio que pueden padecer millones de vallecaucanos. Nada puede ser más grave que la amenaza de tener que rebajar de categoría al ente departamental por no cumplir con las normas sobre gasto público. Ello implicará reducir de manera sensible las participaciones nacionales que se destinan a la salud, la educación o la infraestructura.Peor aún es tener que reconocer que no existe una manera confiable de ejecutar el gasto y el ingreso, porque no funciona el sistema contable. “Durante la vigencia de 2008 y 2009 no se ejerció control sobre los recaudos y pagos, al no tener en cuenta el Plan Anual de Caja como herramienta administrativa de planeación de control y ejecución del gasto. No se tiene pleno conocimiento de los recursos, los cuales se están operando en forma manual”, dice el órgano de control, que realizó una alerta hace un año sobre esos hechos, sin que se hubiera atendido.Con eso es suficiente para entender por qué el déficit fiscal llegó a $167.000 millones al finalizar el 2009. Y por qué se debió recortar en $196.875 millones el presupuesto. Lo que lleva a preguntar por qué se gastaron casi $20.000 millones en publicidad, mientras las cuentas por pagar crecían en proporciones peligrosas. Lo más grave es que se comprometió al Departamento en una deuda de $650.000 millones a través de la discutible maniobra de las vigencias futuras, y se autorizó la pignoración de rentas propias, con lo cual se acelera la posibilidad de rebajar la calificación del Departamento.Esa es la verdad del Valle. Por eso no es momento para continuar la confusión sobre el Gobernador. Ahora es tiempo de rescatar al Departamento del desastre en que lo sumieron la politiquería, la corrupción y la indiferencia.

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