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El DAS: ¿Hasta cuándo?

"Ya no es momento para hablar de escándalos en el DAS. Lo que se está presentando es un verdadero atentado contra la seguridad nacional, la razón de ser del DAS".

21 de septiembre de 2011 Por:

"Ya no es momento para hablar de escándalos en el DAS. Lo que se está presentando es un verdadero atentado contra la seguridad nacional, la razón de ser del DAS".

Al conocer el informe de la revista Semana sobre las filtraciones de la información clasificada que se presentan en el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, y sobre el caótico estado de la entidad, cualquiera debe preguntarse por qué no ha sido posible liquidarla. Y por qué los gobiernos no han actuado con la decisión necesaria para proteger la inteligencia y evitar los enormes riesgos que significan las fugas de información vital para la seguridad nacional. Ya no es momento para hablar de escándalos en el DAS. Lo que se está presentando es un verdadero atentado contra la seguridad nacional, la razón de ser del DAS. Información clasificada que se vende a cualquiera que pague, quienes se apoderaron de ella y la convirtieron en un negocio de dimensiones difíciles de medir, o para establecer relaciones con toda clase de organizaciones criminales que por unos pesos pueden conocer los detalles de la inteligencia que le llegan al Presidente de la República, incluidos los nombres de los agentes que de manera encubierta realizan esa labor. Todo está a la venta. Y el baratillo es justificado con argumentos aún más escandalosos: que quienes están feriando esa información lo hacen a causa de los anuncios sobre la próxima liquidación de la entidad, lo que los dejaría sin trabajo y sin ingresos. En tanto, el propio Director de la entidad se limita a confirmar que la feria de información está sucediendo, que el Gobierno conoce tales hechos desde el 2009 y que supuestamente están tras la pista de los autores. Y se confirma también que las labores de espionaje sin orden judicial y contra funcionarios de alto nivel como los procuradores generales de la Nación, como los jueces o congresistas nunca se detuvo. Así mismo, ya se sabe que información estratégica fue vendida a otros países, en especial los vecinos con los cuales Colombia tuvo duras y delicadas controversias en el pasado reciente. Una traición a la patria que está en la impunidad.Toda esa información era vendida a narcotraficantes o a guerrilleros, y en ella se incluía la lista de los detectives y los informes sobre las misiones que cumplía cada uno de ellos. Así, quienes venden esa información le pusieron precio a la cabeza y la vida de sus propios compañeros de trabajo, con la misma frialdad con que le fue vendida a narcotraficantes conocidos por su ferocidad y su capacidad de causar daño. Durante la última década, el país ha tenido que acostumbrarse a los escándalos producidos por el DAS. Y siempre se ha dicho que la solución está próxima, reafirmando la voluntad de impedir que se haga mal uso de esa institución. Pues nada ha ocurrido y por el contrario sus actividades, o mejor dicho sus abusos, son motivo de conflicto frecuente. Ahora, y a juzgar por el informe de Semana, es presa de un vulgar comercio que deja a la seguridad de la Nación en la más absoluta desnudez. Nada más perjudicial para un Estado de Derecho que las labores de inteligencia necesarias para garantizar la seguridad de una Nación sean presa del descrédito y el vulgar comercio en que cayó el DAS.

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