El cambio en Colombia

No es novedad decir que todos los municipios colombianos están amenazados por el cambio climático. Lo importante ahora es definir cómo se disminuirá el aporte del país a las causas que lo provocan y qué se hará para amortiguar sus efectos nocivos en las regiones.

El Ideam y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Pnud, presentaron la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático, en la cual proyectan cómo se comportarán las temperaturas en Colombia en lo que resta del siglo, así como cuáles serán los departamentos y las ciudades más afectadas por el calentamiento. También hace un llamado para que los planes municipales y regionales de desarrollo incluyan al medio ambiente como prioridad.

Según el informe, la temperatura promedio en el país subió 0,8 grados centígrados entre 1971 y 2015. También verifica que Colombia lanza a la atmósfera 258 millones de toneladas de dióxido de carbono por año, lo cual equivale al 0,42 % del total global de emisiones de gases de efecto invernadero. Y advierte que al paso que va al finalizar este siglo será 2,4 °C más caliente, incremento que preocupa pero no está tan lejos de la meta de 2 °C que se ha puesto el mundo tras la firma del Acuerdo de París hace dos años.

Hoy las regiones más vulnerables son San Andrés, Vaupés y Amazonas, mientras que la lista de ciudades la encabezan Bogotá, Quibdó, Barranquilla y Cali. Si la tendencia sigue sin que se logre desacelerar el calentamiento, se prevé que dentro de dos décadas el Valle presentará un incremento de 1,9 grados centígrados. Son proyecciones que más que alarmar, buscan crear mayor conciencia sobre la urgencia de emprender las acciones necesarias.

Colombia tiene una ventaja importante sobre otros países a la hora de afrontar ese reto: el 98% de su población reconoce que el cambio climático es un problema real; sin embargo, el 75 % asegura que recibe muy poca información al respecto. Si se quiere que la adaptación y la mitigación del calentamiento sean un propósito colectivo, es necesario contarles a todos qué sucede en el territorio nacional, qué se está haciendo, qué se proyecta y cómo se puede ayudar.

Tener unas políticas públicas ambientales coherentes más una legislación que permita ejecutarlas es el principio, y en ello el país ha avanzado en los años recientes. Sin embargo, su efectividad no será igual si desde los municipios y los departamentos no hay un compromiso para defender, conservar y recuperar sus ecosistemas más sus recursos naturales, si no se disminuye la contaminación o si no se prevé un desarrollo verdaderamente sostenible. Y nada de esto se conseguirá si no se tiene en cuenta a los factores más importantes de este proyecto a largo plazo: sus habitantes.

Para Colombia, hacer la tarea es posible, sobre todo si se cuenta con datos y proyecciones como los que entrega esta Tercera Comunicación Nacional sobre el Cambio Climático. Ahora lo que se necesita es la voluntad política para crear conciencia en la Nación y la concreción a la hora de ejecutar los planes que mitiguen los efectos del calentamiento global.