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El borrador de los cambios

Uno de los asuntos más urgentes es la redefinición de las relaciones entre el Centro del poder político y administrativo y la provincia colombiana, unas de las grandes causas del desequilibrio y la inequidad social que padece el país.

27 de agosto de 2014 Por:

Uno de los asuntos más urgentes es la redefinición de las relaciones entre el Centro del poder político y administrativo y la provincia colombiana, unas de las grandes causas del desequilibrio y la inequidad social que padece el país.

Bajo el nombre “Proyecto de equilibrio de poderes y ajuste institucional”, el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos presentó lo que ha denominado un borrador sobre los cambios que propone con el fin de adecuar las instituciones nacionales. Es el primer paso para un debate que debe llevar a satisfacer los reclamos sobre el funcionamiento del Estado y a resolver algunos de los obstáculos que impiden su correcta operación. En la propuesta están incluidos enunciados que abarcan las actuaciones del sistema político, en temas como la reelección presidencial, la ampliación de los períodos para los funcionarios elegidos por votación popular y los organismos de control y la decisión de mantener la circunscripción nacional sólo para el 20% de los senadores, estableciendo que el 80% restante sea producto de la circunscripción departamental en la cual se elija por lo menos un senador por cada departamento. También se propone fortalecer los partidos mediante el establecimiento del voto por listas, lo cual elimina el llamado voto preferente que ha dado lugar a la aparición de empresas unipersonales, haciendo imposible en la práctica el funcionamiento de las bancadas que ordena la Constitución. En cuanto a la Justicia, el borrador empieza por apartar a las Cortes del nombramiento del Procurador y Contralor, además de eliminar el Consejo Superior de la Judicatura, lo que daría paso a la creación de tribunales y consejos especializados en administrar y en vigilar. Además, aparece la propuesta de dejar la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes sólo para delitos y faltas del Presidente, creando un tribunal que cumpla esa labor con los demás funcionarios aforados. Así mismo, propone cancelar la puerta giratoria que permite que los magistrados pasen de una Corte a otra, o a los organismos de control.Y al final, se habla de reformar esos organismos de control, limitando algunas de sus tareas y creando nuevos procedimientos para adelantar la vigilancia disciplinaria y los juicios fiscales, además de eliminar las contralorías departamentales y municipales, así como los discutibles controles de advertencia que han sido usados para fines políticos distintos a la protección de los recursos públicos y la transparencia en la gestión oficial. Hay pues un menú abundante que no se limita a la reelección presidencial o a la ampliación de los períodos de los funcionarios elegidos por el voto popular. Y ya se conocen los primeros pasos para abrir el debate y concitar la participación de todas las fuerzas con asiento en el Congreso, incluidas el Centro Democrático que tiene su propuesta, y el Polo Democrático Alternativo. Es eso lo que procede hacer en una democracia. Sin embargo, uno de los asuntos más urgentes es la redefinición de las relaciones entre el Centro del poder político y administrativo y la provincia colombiana, unas de las grandes causas del desequilibrio y la inequidad social que padece el país. Ojalá existan el tiempo y el interés por resolver una de las dificultades más grandes para la paz y la armonía de la Nación.

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