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El anhelo de Colombia

"Cuando a cualquier colombiano se le pregunta qué quiere para su país, su respuesta no tiene duda alguna. Es la paz, y la reconciliación que termine con las décadas de desangre y de discordia, generadoras a su vez de atrasos e injusticias".

9 de abril de 2013 Por:

"Cuando a cualquier colombiano se le pregunta qué quiere para su país, su respuesta no tiene duda alguna. Es la paz, y la reconciliación que termine con las décadas de desangre y de discordia, generadoras a su vez de atrasos e injusticias".

Hoy, con base en una convocatoria del grupo denominado Marcha Patriótica y a la cual se han sumado el Gobierno Nacional, muchos gobiernos departamentales y municipales, así como varios partidos y organizaciones, se realizará una marcha por la paz. Será la oportunidad para que quienes participen en ella reclamen la unidad por encima de las banderías, requisito indispensable para alcanzar lo que es una necesidad de la Nación. Cuando a cualquier colombiano se le pregunta qué quiere para su país, su respuesta no tiene duda alguna. Es la paz, y la reconciliación que termine con las décadas de desangre y de discordia, generadoras a su vez de atrasos e injusticias. Es la reivindicación que se debe a las víctimas y la necesidad de erradicar la violencia de la vida diaria y la obligación de acatar el Estado de Derecho y la Ley como árbitros y jueces de la sociedad. En suma, es la aceptación de la civilización como medio eficaz para terminar con el atraso y la barbarie que lo acompaña. En ese orden de ideas, la marcha de hoy tendrá todo el sentido si se dedica a interpretar esos anhelos del pueblo colombiano. Por eso es necesario reconocer la decisión del presidente Juan Manuel Santos de integrar su gobierno a una iniciativa que en sus orígenes parecía destinada por sus promotores iniciales a usar la paz para aprovechamientos políticos que distan mucho de los verdaderos deseos de toda la Nación. Y a generar críticas contra las autoridades que han debido emplear la capacidad del Estado a combatir los fenómenos criminales que, vestidos o no de propósitos políticos, han sido azotes de la libertad, la vida y los derechos de la Nación. El movimiento se produce en momentos en que el Gobierno adelanta un proceso de diálogo con las Farc en Cuba. Por supuesto, será bienvenido el apoyo que de la marcha resulte como expresión sincera del deseo de lograr la paz y no como la obligación de negociar a cualquier costo para Colombia el fin de esa guerrilla y su integración a la sociedad. Quiere ello decir que los colombianos aceptarán con generosidad los resultados que lleven a concretar su deseo de terminar con la violencia, a la par que rechazarán los intentos por usar la marcha con intenciones partidistas o para crear confusiones y más divisiones. Hoy se conmemora también el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, en reconocimiento a las millones de personas que han sufrido el golpe de la violencia. Así, hoy también se les deberá pedir a los violentos sin consideración de ninguna especie que reconozcan la tragedia humanitaria que han ocasionado, las violaciones que han cometido a los Derechos de personas y comunidades. Y que se comprometan a sanar las heridas que sus abusos han causado en la Nación, asumiendo sus responsabilidades y su obligación de resarcir el daño que han generado. Hay pues bastantes motivos para marchar hoy por la paz. Ojalá la movilización sea utilizada para unir alrededor del deseo nacional y no para dividir con banderas y señalamientos que no consulten el interés de los colombianos.

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