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El agua de Cali

"Ríos de tinta han corrido durante treinta años en Cali, sin que las autoridades municipales y los directivos de Emcali hayan podido definir cómo garantizar que la ciudad y los caleños no se queden sin agua. Hoy, esa amenaza es una realidad que golpea a la urbe atravesada por siete ríos, sin que, además, los encargados del servicio reconozcan el racionamiento que aplican".

20 de septiembre de 2015 Por:

"Ríos de tinta han corrido durante treinta años en Cali, sin que las autoridades municipales y los directivos de Emcali hayan podido definir cómo garantizar que la ciudad y los caleños no se queden sin agua. Hoy, esa amenaza es una realidad que golpea a la urbe atravesada por siete ríos, sin que, además, los encargados del servicio reconozcan el racionamiento que aplican".

Ríos de tinta han corrido durante treinta años en Cali, sin que las autoridades municipales y los directivos de Emcali hayan podido definir cómo garantizar que la ciudad y los caleños no se queden sin agua. Hoy, esa amenaza es una realidad que golpea a la urbe atravesada por siete ríos, sin que, además, los encargados del servicio reconozcan el racionamiento que aplican.Según conocedores, en las Empresas Municipales existe un cuarto lleno de estudios y proyectos sobre la solución para proveer del preciado líquido a una ciudad que hoy tiene dos millones quinientos mil habitantes. Las propuestas van desde desviar ríos en la vertiente del Pacífico hasta llevar la tubería a la represa de Salvajina, repitiendo el esquema de usar las aguas de escorrentía, o sea de los ríos, que siempre están expuestos a las sequías por fenómenos naturales como El Niño que ahora azota a la región y puede prolongarse hasta marzo del 2016.También existen propuestas para construir embalses en la región de Pichindé o que serían alimentados por afluentes como el Timba. Y se habla de aprovechar represas como la de Calima para crear un acueducto regional, o traer agua de los ríos que desembocan al Pacífico. Como lo han analizado muchas veces los especialistas en la materia, la de construir esas obras sería la mejor solución, puesto que serviría de colchón de seguridad, evitando los problemas que ocasiona un aguacero en la cuenca del río Cauca o una sequía prolongada como la que vive el país. Pero nada de eso se ha llevado a cabo, impidiendo que Cali tenga asegurado el agua que necesita. Y mientras la ciudad sigue amenazada por la destrucción de sus ríos y sus cuencas, en especial la del Cali, sigue confiando en el suministro de agua del Cauca, contaminado, afectado por la escasez y cuya planta de tratamiento debe procesar la podredumbre que el canal CVC sur deposita un kilómetro antes. Ni siquiera los reservorios sirven ya para enfrentar la emergencia. Además, Emcali registra pérdidas superiores al 50% del agua que trata, ocasionadas por instalaciones piratas, por robos descarados y por una red obsoleta de más de treinta años.De otra parte, el Ministro de Vivienda declaró el pasado martes a un noticiero de televisión que 300 municipios del país están aplicando el racionamiento de agua, empezando por Cali. Eso lo sienten muchos barrios, empresas y hogares de la ciudad, lo que es desmentido en forma terminante por Emcali. Nada se gana con desconocer lo que se está produciendo a causa de El Niño, y mucho se pierde si no se informa y organiza a la ciudadanía para afrontar una emergencia que se puede prolongar por otros seis meses. La situación no es pues la mejor y puede agravarse si las autoridades municipales no toman las decisiones que se requieren para garantizar el agua en Cali. Sin duda, es una herencia larga de dudas y propuestas, que se agravó por causa de la intervención de Emcali durante 13 años. Pero ya es tiempo de escoger la alternativa que resuelva lo que no se ha resuelto en décadas de estudios y vacilaciones.

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