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Drama africano

"El resultado del referédum en Sudán del sur alarma al continente africano, que puede verse envuelto en un incontenible proceso de balcanización a causa de la gran cantidad de conflictos larvados en el interior de las naciones".

10 de enero de 2011 Por:

"El resultado del referédum en Sudán del sur alarma al continente africano, que puede verse envuelto en un incontenible proceso de balcanización a causa de la gran cantidad de conflictos larvados en el interior de las naciones".

Ayer se celebró un referéndum en Sudán del Sur, en el que la mayoría de la población se muestra partidaria de declararse independiente de Sudán.Desde luego, de la celebración del referéndum a la desmembración del país todavía queda un trecho largo, pero el resultado alarma al continente, que puede verse envuelto en un incontenible proceso de balcanización a causa de la gran cantidad de conflictos larvados en el interior de las naciones.Debe recordarse que la mayor parte de las naciones africanas tienen una historia reciente que se remonta a la década de 1960 del Siglo XX. Sus fronteras coinciden con las divisiones administrativas coloniales, impuestas por los europeos, que poco o nada conocían del mundo cultural africano. Como resultado, los nuevos países establecieron límites dividiendo regiones culturalmente homogéneas, disgregando comunidades establecidas por siglos, fragmentado etnias e incluso separando familias.Es el resultado de la llamada “rebatiña por África”, en la que se vieron envueltos los países europeos durante el Siglo XX, y aún antes, desde la época de la infame trata esclavista. Esa realidad golpea aún hoy a los jóvenes estados africanos, que han debido gastar enormes recursos atendiendo guerras tribales, luchas interétnicas y conflictos territoriales. La amenaza de la disgregación nacional amenaza al África de manera constante.Baste recordar la reciente separación de Eritrea luego de un costoso y largo conflicto en Etiopía. Los intentos de Somalilandia por separarse de Somalia, hasta el punto de que el país está hoy bajo control de tropas de la Unión Africana. Los deseos de Casamance por independizarse de Senegal. Los sentimientos autonomistas de la región de Katanga en el Congo. Y el llamado del líder libio Muammar El Gadafi para la división de Nigeria.Además, como una muestra de la debilidad de los Estados africanos, hoy la población de Costa de Marfil se ve enfrentada a la negativa de un tirano a reconocer la derrota en las urnas, y lo mismo sucede en Guinea Ecuatorial, cuando en octubre pasado la satrapía que saqueó al país durante 50 años perdió las elecciones con la oposición.En medio de este panorama desolador sorprende el silencio cómplice de las principales naciones europeas, que les dejaron a los africanos tan pesada e inconveniente herencia. O no, si consideramos que las multinacionales de Europa prefieren ver al continente africano dividido en pequeños y frágiles Estados, como lo han demostrado en Guinea Ecuatorial a lo largo de medio siglo, con el saqueo continuado de su petróleo.De allí que la felicitación de Hillary Clinton al Presidente sudanés por la celebración del referéndum en Sudán del Sur sea vista en forma ambivalente. Pues algo va de un gesto democrático para saber hacia dónde se inclinan los ánimos de la ciudadanía, a sentar un precedente que posibilite la creación de una pequeña república de Sudán del Sur, rica en petróleo y fácil presa de quienes sólo piensan en las utilidades económicas y no les importa destruir países, naciones y culturas.La unidad nacional africana es indispensable para el desarrollo del continente y para la paz mundial.

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