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Día de reflexión

"Con tantas circunstancias de por medio, este 1 de mayo debería ser mucho más que el Día del Trabajo: es una fecha especial que invita a la reflexión, tanto de empleadores como de trabajadores. Frente a los desafíos del mundo actual y a los de un nuevo ajuste al que llama ese carácter cíclico de la economía, se necesita cabeza fría para interpretar lo que viene".

1 de mayo de 2015 Por:

"Con tantas circunstancias de por medio, este 1 de mayo debería ser mucho más que el Día del Trabajo: es una fecha especial que invita a la reflexión, tanto de empleadores como de trabajadores. Frente a los desafíos del mundo actual y a los de un nuevo ajuste al que llama ese carácter cíclico de la economía, se necesita cabeza fría para interpretar lo que viene".

El Día Internacional del Trabajo sorprende hoy a América Latina, y Colombia no es la excepción, en un momento de incertidumbre económica y por ende laboral. El Banco Mundial, sobre el presente y el inmediato futuro en la región, ya no solo habla de “desaceleración” -prevista, tras un período de crecimiento- sino de “estancamiento” en los países más afectados por la caída de los precios internacionales del petróleo.El efecto: por cada punto menos de crecimiento se dejarán de crear 100 mil puestos de trabajo. ¿Qué dejó la ‘bonanza’, que muchos vieron pasar de lejos, en salud, educación y calidad de vida de la población? Junto a los indicadores oficiales de la mayoría de gobiernos en los que se coincide sobre avances en un común denominador, el de la infraestructura, no es menos cierto que millones de personas siguen sin acceder a un empleo, mientras que otras tantas que trabajan no siempre reciben las mínimas garantías establecidas en las legislaciones locales y en los pactos internacionales suscritos por los Estados.Igual, el problema va más allá de las intenciones de solucionar el problema. El crecimiento demográfico en este lado del mundo es mayor a la posibilidad de generar empleos. Al tiempo, los desempleados no siempre lo son por fuerza de las circunstancias del mercado. Según la Organización Mundial del Trabajo, cada vez crece más el número de quienes se marginan de la fuerza laboral por razones como su decisión de volver a las aulas, el nulo interés por aquello en que desempeñan o porque así lo reclaman necesidades hogareñas.Al lado crece la informalidad, fenómeno que no encuentra su medida regular en una sociedad empeñada al mismo tiempo en perseguirla y en convivir con ella. Informalidad que, paradójicamente, sirve para ocultar las verdaderas dimensiones del desempleo y dinamizar la economía, mientras pone conejo a sus obligaciones con la Hacienda Pública.Y eso sin sumar los nuevos escenarios en los que la tecnología ha cambiado, más que las costumbres, la vida laboral, con marcada tendencia a priorizar lo individual a lo colectivo. Como tampoco se puede olvidar que jóvenes y mujeres, en el mismo orden, son objeto de discriminación y/o maltrato a la hora de negociar sus salarios.Con tantas circunstancias de por medio, este 1 de mayo debería ser mucho más que el Día del Trabajo: es una fecha especial que invita a la reflexión, tanto de empleadores como de trabajadores. Frente a los desafíos del mundo actual y a los de un nuevo ajuste al que llama ese carácter cíclico de la economía, se necesita cabeza fría para interpretar lo que viene.Antes que medidas desesperadas o viejas consignas, valen las nuevas realidades. En ese sentido, el sindicalismo también está llamado a renovarse y a canalizar sus energías en la búsqueda de salidas innovadoras. Es así como el paro de maestros en Colombia debería servir a las partes, Gobierno y Fecode, para procurar un acuerdo que beneficie a los más afectados, los estudiantes, sin que eso signifique desconocer la obligación de examinar las condiciones laborales de los maestros.

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