El pais
SUSCRÍBETE

Del Valle para Colombia

La nueva Señorita Colombia ha demostrado que más allá de un cuerpo bien trabajado o una cara bonita, es una mujer natural, inteligente, dedicada a prepararse profesionalmente, consciente de que todo se logra si se le pone empeño y que es hija de una tierra donde las personas no se cansan de trabajar y luchar para obtener lo que se proponen.

14 de noviembre de 2012 Por:

La nueva Señorita Colombia ha demostrado que más allá de un cuerpo bien trabajado o una cara bonita, es una mujer natural, inteligente, dedicada a prepararse profesionalmente, consciente de que todo se logra si se le pone empeño y que es hija de una tierra donde las personas no se cansan de trabajar y luchar para obtener lo que se proponen.

El triunfo de la señorita Valle, Carmen Lucía Aldana Roldán, en el Reinado Nacional de la Belleza podría ser una anécdota más en un país donde la violencia, la inseguridad, la inequidad y la falta de oportunidades son el pan de cada día. Pero son esas mismas razones las que le dan importancia al evento que permite por algunas horas, durante unos cuantos días, pensar en una nación más positiva, donde se resalta la belleza de sus regiones a través de la mujer.Para el Valle del Cauca, la corona de Carmen Lucía es un nuevo motivo de alegría. Ella representa a las jóvenes promedio de la región: nació en una familia sencilla conformada por unos padres trabajadores que han luchado para sacar a sus cinco hijos adelante con gran esfuerzo; estudió en un colegio técnico industrial de la comuna 17 en el que se destacó como una de las mejores alumnas y del cual se graduó a los 15 años y hoy, a los 20, sólo tiene un semestre pendiente de Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Occidente. La nueva Señorita Colombia ha demostrado que más allá de un cuerpo bien trabajado o una cara bonita, es una mujer natural, inteligente, dedicada a prepararse profesionalmente, consciente de que todo se logra si se le pone empeño y que es hija de una tierra donde las personas no se cansan de trabajar y luchar para obtener lo que se proponen. Es, en resumen, una vallecaucana que le ha dado un nuevo motivo de orgullo a su tierra, lo que siempre es importante para la región y para su gente. Más allá de las críticas al Reinado Nacional de la Belleza, a sus momentos de crisis y a la banalidad con la que en no pocas ocasiones ha sido tratado, es una institución que ha permanecido vigente durante 78 años, lo que demuestra su importancia para el país. Sería un error negar que si bien su objetivo es resaltar la belleza y las cualidades de las mujeres colombianas, también realiza una labor social en la que se han empeñado sus organizadores y en la que participan las candidatas durante todo el año. La renovación que se ha pedido desde tiempo atrás en el Concurso comenzó a verse este año. Las reinas parecen entender el valor de la naturalidad, la necesidad de prepararse más intelectualmente y de ser ejemplo para la sociedad, en especial para las nuevas generaciones. Poco aportan las críticas cerreras al Reinado, cuando constituye una oportunidad para formar y fortalecer a esa juventud actual, a la que representan Carmen Lucía Aldana y las 23 candidatas que participaron, y en la que se deben poner las esperanzas para construir un país mejor. La nueva reina de los colombianos es un orgullo para el Valle, símbolo de lo que es en esencia esta región pujante y digna representante de sus jóvenes. A Carmen Lucía le espera un año en el que con seguridad trabajará por Colombia desde sus posibilidades y mostrará una cara más amable y fresca del país. Felicitaciones para ella y para quienes representaron a sus departamentos en el Reinado Nacional de la Belleza.

AHORA EN Editorial