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De nuevo la incertidumbre

29 de septiembre de 2010 Por:

El Valle vuelve a la incertidumbre que genera el tener que citar dos elecciones de Gobernador

Cuatro meses después de haber sido destituido el Gobernador del Valle, el Gobierno Nacional atendió el llamado de la Procuraduría y convocó a elecciones dentro de otros cuatro meses. En ese lapso de tiempo, el Departamento completará seis mandatarios, algo deplorable para una región que se supone es una de las más preparadas en el concierto nacional para dirigir sus destinos.Para infortunio del Valle no ha sido así. Y la culpa la tienen el clientelismo desaforado y las secuelas de corrupción e ineficiencia que se enquistaron en la Administración Departamental, a la que convirtieron en agencia electoral del PIN, el partido del destituido gobernador Juan Carlos Abadía y del detenido ex senador de la República, Juan Carlos Martínez. Eso causó la peor de las circunstancias que hoy se descubre gracias a la labor de Francisco José Lourido, quien aceptó enfrentar el difícil e incierto encargo que le hicieron el pasado 6 de agosto.Ahora, el Valle vuelve a la incertidumbre que genera el tener que citar dos elecciones de Gobernador en menos de nueve meses. Es la consecuencia de haber cambiado los destinos de una entidad cuyo fin es atender las necesidades de los vallecaucanos por la ilegítima intención de satisfacer intereses politiqueros. Y de la demora en convocar a elecciones cuando la destitución se produce 18 meses antes de terminar el mandato, explicable por las consultas que debieron hacerse ante las maniobras del ex gobernador Abadía por mantenerse en su cargo.Pero ya no hay tiempo para llorar sobre leche derramada, porque la gestión desarrollada por el gobernador Lourido ha empezado a destapar la verdadera situación del Valle. Una situación estremecedora por el caos administrativo y financiero que presenta, con alto riesgo de agudizarse si no se logra detener el engendro de las vigencias futuras mediante las cuales se aumentará su endeudamiento en $650.000 millones. Se espera la intervención decidida de la Nación para detener el enorme descalabro.Como también se espera que las autoridades electorales actúen para impedir el fraude y las trampas que tienen al Valle como epicentro, como fue denunciado en las pasadas elecciones de marzo para el Congreso de la República. Y que los vallecaucanos asuman su responsabilidad de cambiar en las urnas el destino que a su Departamento le marcaron los directivos del PIN con el destituido gobernador Juan Carlos Abadía a la cabeza. Nada puede justificar la indiferencia cuando la institución antes símbolo de progreso es convertida en víctima de malas prácticas, desgreño administrativo y ambiciones partidistas que la destruyen.El Valle debe prepararse desde ya para responder a las elecciones del 23 de enero del 2011. Y así sea por escasos once meses, el nuevo mandatario deberá continuar la labor de rescatar al Valle, contarles a los vallecaucanos la verdad del Departamento y encauzar su administración por la senda del buen gobierno. Quien sea elegido como Gobernador requiere saber que ya no es posible poner al Valle al servicio de los intereses que causaron su ruina.

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