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Cumbres desairadas

6 de diciembre de 2010 Por:

"Esta Cumbre Iberoamericana pasó sin pena ni gloria"...

El pasado fin de semana se reunieron en Mar del Plata, Argentina, los presidentes de varios países latinoamericanos, del Caribe y de la Península Ibérica, en una nueva Cumbre Iberoamericana, convocada bajo el lema de ‘Educación para la inclusión social’.Desde el comienzo fueron notorias las ausencia de los mandatarios de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba, España y Honduras. Ellos dejaron en claro que el tema, centrado en la búsqueda de la calidad educativa, no es del interés de los países que conforman el bloque del Alba, si bien el presidente Zapatero fue reemplazado con la presencia del rey de España.Desde luego, este asunto de la calidad educativa, que está íntimamente ligado a la libertad de cátedra y a la promoción de valores universales en el campo de las ciencia y las humanidades, no es del agrado de los países que han optado por formas dictatoriales de gobierno, pues en ellos lo que importa es el adoctrinamiento y no propiamente el libre examen.No obstante, la Cumbre logró suscribir una declaración, que consta de más de 50 cláusulas y que hace énfasis en el compromiso de lograr la universalización de la educación primaria. Pese al propósito de mejorar la calidad y considerar a la educación como una herramienta de inclusión social, no fue posible que se lograra el mismo compromiso con la educación inicial, aunque se ha constatado que en este nivel es donde se presenta el mayor déficit educativo y donde se incuban las desigualdades sociales.Pese a ello, el Plan educativo, denominado ‘Metas Educativas 2021’, requiere de una inversión de US$100 mil millones, por lo que fue considerado demasiado ambicioso e incluso ilusorio, dado que en esta ocasión Iberoamérica no puede contar con ayuda financiera de España y Portugal, dos países que se encuentran al borde de una intervención internacional en virtud de los efectos de la pasada crisis financiera. Luego de Grecia e Irlanda, ellos siguen en la lista de los descalabros.Tal vez eso explique ciertas ausencias de gobernantes que profieren improperios mediáticos contra los imperialismos, pero en privado acostumbran pasar la escudilla mendicante, como acostumbra Cuba con España. La imposibilidad de que los españoles aporten mayor cosa a proyectos internacionales de desarrollo, en las circunstancias en que se encuentran, resulta un argumento de peso para este tipo de mandatarios.Poco más puede decirse de esta lánguida Cumbre, en la que resultaron más llamativas las revelaciones de Wikileaks sobre ciertos mandatarios latinoamericanos, o acaso la cláusula antigolpista, que en realidad es más una manifestación de buena voluntad que un propósito franco.La verdad es que esta Cumbre Iberoamericana pasó sin pena ni gloria, y ni siquiera con avances significativos en el área que se proponía, la educación, otorgando la razón a quienes sostienen que estos encuentros internacionales no tienen sentido si no están precedidos de una cuidadosa preparación, de compromisos gubernamentales claros y de objetivos precisos. O cuando hay crisis en curso, cuya atención es inminente.

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