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Cuando perder es ganar

"Cualquier porcentaje por encima del 90% del PIB es causa de mala calificación por las firmas analistas de riesgos. Pero para Estados Unidos, cuya moneda, el dólar, está en más del 50% en los mercados externos, el asunto no es tan grave"...

25 de abril de 2011 Por:

"Cualquier porcentaje por encima del 90% del PIB es causa de mala calificación por las firmas analistas de riesgos. Pero para Estados Unidos, cuya moneda, el dólar, está en más del 50% en los mercados externos, el asunto no es tan grave"...

En un hecho insólito, la firma Standard & Poors redujo de estable a negativa la calidad crediticia a largo plazo de las deuda de los Estados Unidos, ante la incertidumbre creada por el alto déficit fiscal del país.Las consecuencias de esta calificación negativa de la economía norteamericana se sintió de inmediato en las bolsas de valores: el índice Dow Jones llegó a bajar más de 200 puntos, la repercusión afectó a los mercados de acciones y monedas de América Latina y se registraron cuantiosas pérdidas en las bolsas de los países europeos.La alarma hizo reaccionar al Fondo Monetario Internacional que recomendó al gobierno de Barack Obama hacer recortes en los beneficios de la seguridad social y reformar el sistema de recaudo de impuestos, la vieja fórmula del consenso de Washington que le aplicaban a los países del tercer mundo cuando estaba en problemas. Falta ver si Obama acata la ‘perentoria’ admonición. Alarmados, los miembros del G-20 presionaron a la administración estadounidense, recordándole que uno de sus objetivos era bajar el déficit fiscal a la mitad, para el 2013.Pero en Estados Unidos el asunto no se aprecia con la misma preocupación. De hecho, parece imposible que republicanos y demócratas se pongan de acuerdo en las medidas para bajar el déficit. Lo que no prende las alarmas rojas, aunque el nivel de la deuda pública alcanzó la cifra del 91,55% del PIB.En realidad cualquier porcentaje por encima del 90% del PIB es causa de mala calificación por las firmas analistas de riesgos. Pero para Estados Unidos, cuya moneda, el dólar, está en más del 50% en los mercados externos, el asunto no es tan grave. No hay que olvidar que otros factores, como el nivel de ahorro, la capacidad de endeudamiento y la confianza de los inversionistas, equilibran la balanza. Un buen ejemplo es Japón, con un terrorífico endeudamiento del 220% de su PIB, que no causa mayores problemas.El efecto más notable es la devaluación del dólar que beneficia a los productores de ese país al hacerlos más competitivos con sus precios. Así lo han entendido los chinos, que ya manifestaron su preocupación por la caída del dólar, pues ven en eso un instrumento de competencia desleal en el comercio exterior, tan duramente disputado entre las dos potencias.Con la ventaja adicional para los norteamericanos de que buena parte de su moneda se encuentra en bancos chinos o japoneses, por lo que la devaluación afecta más a sus competidores que a la propia economía de Estados Unidos.No sucede lo mismo con países ‘emergentes’ cuya moneda está atada al dólar y será perjudicada con esta circunstancia propia de la guerra comercial entre los poderosos. Colombia, y en general los países latinoamericanos, perderán capacidad para competir y verán mermar sus ingresos por exportaciones, sin que haya medidas heroicas que puedan tomar.Así, un hecho grave para las economías emergentes como perder la calificación de su deuda, se convierte en instrumento para mejorar la competitividad de la economía estadounidense frente a China. Es lo de la vieja Grecia: “En peleas de titanes, siempre pierden los mortales”.

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