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Condena por genocidio

Su mandato fue breve y sangriento. Entre 1982 y 1983 lanzó una llamada “ofensiva final” contra las comunidades mayas pretextando que ellas protegían a los guerrilleros. 1700 mayas de la comunidad ixil perdieron la vida en esa matanza.

13 de mayo de 2013 Por:

Su mandato fue breve y sangriento. Entre 1982 y 1983 lanzó una llamada “ofensiva final” contra las comunidades mayas pretextando que ellas protegían a los guerrilleros. 1700 mayas de la comunidad ixil perdieron la vida en esa matanza.

En un hecho sin antecedentes en América latina, un expresidente fue reo por delitos de lesa humanidad. La juez Jazmín Barrios declaró al expresidente guatemalteco, José Efraín Ríos Montt, culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad y lo condenó a 80 años de prisión, 50 de ellos por el genocidio de los ixiles, una comunidad de la etnia maya.En el hecho hay varios asuntos que llaman la atención: se trata de un prestigioso exmilitar, condenado en un país que ha sido gobernado por militares la mayor parte de su existencia republicana, se le condenó por crímenes sucedidos hace 30 años, y es un hombre que está en los 80 años de edad. Y, aunque el juicio se inició en una corte española, finalmente la justicia guatemalteca se encargó del proceso hasta emitir la sentencia condenatoria.Debe recordarse que Guatemala es la patria de Jorge Ubico, uno de los primeros “dictadores constitucionales” de América Latina. Una vez elegido, asumió poderes omnímodos. Eliminó la autonomía de la Universidad Nacional y mantuvo una asamblea legislativa títere obediente a sus mandatos. Se caracterizó su régimen por un esfuerzo por estabilizar las finanzas del estado, reduciendo el gasto público. Es significativo su impulso a la construcción de obra pública, especialmente carreteras, en beneficio de la actividad cafetera, dominada por inmigrantes alemanes. Para la construcción de carreteras empleó trabajo forzado de indígenas, vigilados por el departamento militar de diseño y construcción de carreteras. Su administración resultó beneficiosa para los monopolios bananeros.Sus métodos fueron siempre autoritarios. Ubico reprimió duramente a la oposición, tanto comunista como democrática. Envió al paredón de fusilamiento a los opositores internos de su partido, e impuso censura a la prensa, debiendo toda noticia ser previamente autorizada por él un día antes de su publicación. Realizó cambios al articulo 66 de la Constitución para prolongar su permanencia en el poder. Su gobierno es uno de los manuales de los dictadores latinoamericanos, hasta el punto que inspiró a García Márquez en su novela El Otoño del patriarca. Guatemala se convirtió en la República bananera por excelencia.Ríos Montt es de la estirpe de Ubico, aunque su llegada al poder, en medio de una guerra civil iniciada cuando el ejército derrocó al presidente Jacobo Arbenz en 1954, fue por medio de un golpe de Estado. Derrocó a dos presidentes: al saliente mandatario Fernando Romero Lucas García y al electo, pero aún no posesionado, Ángel Aníbal Guevara (ambos militares). Su mandato fue breve y sangriento. Entre 1982 y 1983 lanzó una llamada “ofensiva final” contra las comunidades mayas pretextando que ellas protegían a los guerrilleros. 1700 mayas de la comunidad ixil perdieron la vida en esa matanza. Desde entonces la Nóbel Rigoberta Manchú inició un juicio en su contra en una corte española. Finalmente, una sencilla juez guatemalteca fue la que sentenció al genocida. Toda una lección; si eso pasa en Guatemala, sucederá en cualquier parte de América Latina.

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