El pais
SUSCRÍBETE

Claridad frente a las disidencias

Luego de la firma del acuerdo para terminar el conflicto con las Farc, el país ha sentido un alivio en los hechos de violencia que se producían por esa causa. Sin embargo, están apareciendo nubarrones de importancia creciente que demandan aclaraciones para evitar malos entendidos.

8 de octubre de 2017 Por: Editorial .

Luego de la firma del acuerdo para terminar el conflicto con las Farc, el país ha sentido un alivio en los hechos de violencia que se producían por esa causa. Sin embargo, están apareciendo nubarrones de importancia creciente que demandan aclaraciones para evitar malos entendidos.

Nos referimos en concreto a la aparición de varias disidencias y el traslado de desmovilizados a organizaciones como el ELN o su incorporación a bandas criminales. Al parecer, todo tiene relación directa con el narcotráfico, lo que por sí denota el grado de peligrosidad de un fenómeno que puede calificarse como delincuencia común, así en algunos casos se trate de justificar con supuestos incumplimientos del Gobierno Nacional y del Estado en general a los compromisos establecidos en el acuerdo del Teatro Colón.

Ese fenómeno está surgiendo con fuerza inocultable en Nariño, donde se produjo el ataque a un grupo de campesinos que aceptaron el programa de sustitución de cultivos ilícitos y eran acompañados por un destacamento de la Fuerza Pública. El resultado fue la muerte de varios civiles con armas irregulares como las que usaban las Farc a manos, según las autoridades, de exmiembros de esa organización que están involucrados en la protección y aprovechamiento de toda la cadena de narcotráfico existente en la región.

Pero también se presenta en el norte del Cauca, donde es innegable la alianza de grupos de desmovilizados con el ELN, los cuales asesinaron a tres integrantes de la Policía Nacional encargados de brindar seguridad a una de las zonas de desmovilización ubicadas en la región. Y se extiende ya a varios departamentos como Guaviare, Guainía, Vichada, Vaupés, Caquetá, Chocó y Antioquia.

El caso del Chocó es uno de los focos de preocupación más grandes. Luego de confrontaciones abiertas por el control territorial en varias zonas de ese departamento, allí se está produciendo una alianza abierta de exmiembros de las Farc con los grupos de delincuencia que allí existe, alrededor del narcotráfico y la minería ilegal. Y pese a las evidencias que existen sobre su vinculación con esos hechos, los integrantes del ELN acusan a la Fuerza Pública de obstaculizar el cese al fuego pactado en Quito.

No es del caso crear alarmas infundadas. Pero sí es el momento para hablarle con la verdad a los colombianos sobre lo que está sucediendo con los disidentes de las Farc, cuántos son y si aparecen en las listas que entregaron los dirigentes de esa organización, lo cual les permite acceder a los beneficios de los acuerdos, en especial, los que ofrece la Justicia Especial para la Paz.

Con toda razón, y para evitar errores que pueden cubrir con impunidad a los llamados disidentes, el Fiscal General de la Nación ha solicitado precisiones en el proyecto de ley que se tramita en el Congreso para reglamentar la JEP. Si bien existe el interés de cumplir la palabra empeñada y de actuar con generosidad para lograr la paz, no es momento para equivocaciones que pueden ocasionar males peores.

Por todo ello, es el momento para hablarle claro a la Nación sobre las disidencias de las Farc, el tamaño de ellas y el efecto que tendrán sobre la tranquilidad de la Nación.

AHORA EN Editorial