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Chantaje inaceptable

"Es inaceptable que las Farc pretendan mostrarse como defensores de la libertad de expresión secuestrando a Langlois. La vida y la libertad del periodista son responsabilidad exclusiva de sus victimarios. Y más les vale devolverlo cuanto antes, cumpliendo su promesa de renunciar al despreciable secuestro al cual lo han sometido".

9 de mayo de 2012 Por:

"Es inaceptable que las Farc pretendan mostrarse como defensores de la libertad de expresión secuestrando a Langlois. La vida y la libertad del periodista son responsabilidad exclusiva de sus victimarios. Y más les vale devolverlo cuanto antes, cumpliendo su promesa de renunciar al despreciable secuestro al cual lo han sometido".

Se equivocan las Farc en su intento por convertir el secuestro de Roméo Langlois en la oportunidad para chantajear al periodismo colombiano y obligar a los medios a realizar un debate sobre su papel en el conflicto colombiano. Actúan como criminales de la peor especie, cuando tratan de usar la vida de Langlois como la ocasión para encontrar audiencias a sus delitos de lesa humanidad o a sus actuaciones como un vulgar cartel del narcotráfico.El colega hizo lo que debe hacer cualquier periodista en zonas difíciles como las que estaba cubriendo cuando sucedieron los hechos. Tiempo atrás, el corresponsal de medios franceses había entrevistado a miembros de las Farc sin que fuera calificado como su colaborador. Ahora no hacía nada distinto al acompañar a las autoridades legítimas, usando la protección adecuada y sin que eso significara que portaba uniforme militar o cargara un arma. Decir lo contrario es faltar a la verdad para justificar otro acto de barbarie contra los Derechos Humanos de una persona que se identificó como civil en medio de la emboscada tendida a la Fuerza Pública que desmantelaba centros de producción de drogas ilícitas.En esas condiciones, no pueden las Farc acusar a Langlois de “manipular la verdad”. Otra cosa es que pretendan usar su secuestro como el instrumento para lograr que los medios de comunicación se presten para promocionar su pretendida y mentirosa imagen de justicieros empeñados en defender la libertad de expresión. Nada de eso lograrán, y por el contrario recibirán el rechazo universal que ya se está expresando, exigiéndoles el respeto de sus derechos más elementales. Y, de paso, harán crecer la condena del mundo civilizado que aún no comprende cómo es posible que la barbarie sea el único argumento para mantener la vigencia de una organización armada empeñada en lograr reconocimientos políticos.Contrasta esa actitud con el reciente manifiesto de los máximos dirigentes del grupo armado que expresaron su intención de renunciar al secuestro. ¿Acaso el señor ‘Timochenko’ y sus más cercanos colaboradores no tienen el suficiente ascendiente sobre los frentes que, como el que mantiene secuestrado al periodista francés, se dedican al narcotráfico de manera descarada y a escala industrial? ¿O será que creen en que al tenerlo secuestrado lograrán responsabilizar al periodismo colombiano de su fechoría y podrán obligarlo a hacerle publicidad a sus criminales propósitos?Pues nada de eso lograrán. Es inaceptable que las Farc pretendan mostrarse como defensores de la libertad de expresión secuestrando a Langlois. La vida y la libertad del periodista son responsabilidad exclusiva de sus victimarios. Y más les vale devolverlo cuanto antes, cumpliendo su promesa de renunciar al despreciable secuestro al cual lo han sometido. El periodismo colombiano nunca se doblegará ante el chantaje y la extorsión con los que pretenden prolongar los abusos a los cuales han sometido a un ser humano que cumplía con su deber de conocer para informar sobre el combate a los delitos que la guerrilla comete en el Caquetá.

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