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Cambios extremos

Veranos insoportables, inviernos con vientos polares, temperaturas que suben y bajan sin control, episodios meteorológicos con efectos cada vez más funestos son el panorama actual para el Planeta. Si bien este es un organismo vivo en permanente transformación, lo que puede estar afectando el clima, también padece por la indolencia del ser humano que con su mano destruye su hábitat sin medir las consecuencias".

11 de enero de 2014 Por:

Veranos insoportables, inviernos con vientos polares, temperaturas que suben y bajan sin control, episodios meteorológicos con efectos cada vez más funestos son el panorama actual para el Planeta. Si bien este es un organismo vivo en permanente transformación, lo que puede estar afectando el clima, también padece por la indolencia del ser humano que con su mano destruye su hábitat sin medir las consecuencias".

Temperaturas de menos 50 grados centígrados, las Cataratas del Niágara congeladas, Chicago vista desde los bloques de hielo que cubren el Lago Michigan, 21 personas muertas… El frío intenso que vivió el Norte de América esta semana es otra manifestación de un clima cambiante, impredecible y que tiene efectos cada vez más desastrosos. Mientras las temperaturas bajan, o suben hasta hacerse insoportables como ocurrió hace dos semanas en Argentina, se calienta el debate sobre el cambio climático, hasta dónde influye en que hoy se presenten tales extremos y qué hará el mundo para revertir o frenar sus efectos. Todo, menos indiferencia, ni de los Estados, ni de la comunidad internacional, ni de la población mundial puede existir de cara a las consecuencias catastróficas de las alteraciones del clima.El frente helado que padecieron durante cinco días 240 millones de personas en Estados Unidos y Canadá se formó por la ruptura del vórtice polar en el Ártico. Es la tercera vez que sucede tal evento en años recientes y esta ha sido la de efectos más devastadores, según explican los científicos. Aunque hay voces entre los investigadores que minimizan la relación entre el cambio climático, el calentamiento global y las temperaturas desbordadas hacia uno u otro lado del termómetro, todo indica que sí hay una correspondencia.Como dice el científico español Carlos Duarte, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados de las Islas Baleares, “en ciencia, las teorías se validan haciendo predicciones y comprobándolas. No cabe lugar para la sorpresa y lo que estamos viendo es una de las consecuencias que se predicen del cambio climático”. Los fenómenos extremos presentados en tiempos recientes hacen evidente esa realidad. Nueva York fue azotada en noviembre del 2012 por el Huracán Sandy, una tormenta calificada por expertos como “histórica” en esa región, con vientos de 140 kilómetros por hora, que provocó 16 muertes y causó destrozos por US$10.000 millones. O está el caso del tifón Haiyán, el de mayor intensidad que se conozca, que entró en noviembre a Filipinas con vientos de 315 kilómetros por hora, provocó entre 6.000 y 8.000 muertos y afectó a 17 millones de personas. Veranos insoportables, inviernos con vientos polares, temperaturas que suben y bajan sin control, episodios meteorológicos con efectos cada vez más funestos son el panorama actual para el Planeta. Si bien este es un organismo vivo en permanente transformación, lo que puede estar afectando el clima, también padece por la indolencia del ser humano que con su mano destruye su hábitat sin medir las consecuencias.Un grupo de científicos liderado por el ‘gurú’ norteamericano Christopher Field, trabaja en el quinto informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que se presentará en abril ante la ONU. Este debería ser el documento de referencia para que se tomen las decisiones políticas necesarias. Los expertos coinciden en que si se actúa para detener el daño ambiental a la Tierra, es posible que se reversen los efectos en el clima. Pero se necesita voluntad, la que les ha faltado a los países que más contribuyen con la contaminación y la destrucción del medio ambiente, los mismos que se han negado a firmar los pactos internacionales diseñados para proteger el medio ambiente.

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