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Cambio obligado

Por supuesto, la negociación debe continuar mediante el nombramiento de un nuevo delegado y la instalación de una nueva ronda de negociaciones. En sectores oficiales se espera que sea prorrogado el cese el fuego bilateral entre el ELN y la Fuerza Pública. Pero no tranquiliza que los frentes de esa organización sigan cometiendo delitos de todo género y continúen amenazando a los colombianos que no se pliegan a sus intereses, todos ellos de carácter violento y vinculados a crímenes de toda especie.

4 de diciembre de 2017 Por: Editorial .

Aduciendo razones personales, el doctor Juan Camilo Restrepo anunció su retiro de la Comisión negociadora con el ELN, de la cual es presidente. Con ello se produce un hecho que aumenta las inquietudes sobre lo que está negociándose en el Ecuador en contraste con lo que acontece en el país.

El diálogo que se está desarrollando es el último de los intentos por hacer entrar en razón a uno de los grupos más longevos en la historia de la violencia en Colombia y hoy el más notorio en la guerra por apoderarse del narcotráfico e imponer su fuerza en muchos de los territorios que ocupaban las Farc. Incluso, se dice que es el refugio para las disidencias de esa organización, además del generador de permanentes hechos de terror contra las comunidades de departamentos como el Chocó y Nariño.

El Gobierno Nacional ha hecho grandes esfuerzos por lograr convencer a los jefes del ELN sobre la importancia de abandonar su supuesta lucha armada. Incluso, llegó a aceptar un cese bilateral de fuegos, lo que no debería pasar antes de que se hubieran producido demostraciones certeras sobre la voluntad de paz de sus integrantes, y se ha mantenido pese a los crímenes que aún se cometen contra civiles desarmados, como el secuestro, la extorsión o el asesinato mediante un fusilamiento por la espalda del gobernador de una comunidad indígena en el Chocó.

Es por eso que en Colombia ha crecido el escepticismo sobre el futuro de la negociación en Ecuador, donde el gobierno de ese país ha sido amplio y generoso en su acogida. A pesar de que se han adelantado ya cuatro rondas, y desde allá se anuncian progresos, ello no alcanza a desmentir la dispersión de varios de los frentes de esa guerrilla, algunos más dedicados al negocio del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión que a atender las órdenes de quienes negocian con el Gobierno Nacional.

En ese contexto se produce el retiro del doctor Restrepo, luego de año y medio de esfuerzos que tienen que ser reconocidos en toda su importancia. Y aunque él argumenta compromisos personales, profesionales y familiares para explicar su retiro, no sobra citar una de sus frases de despedida, pronunciada en un medio radial: “ A veces hasta en Quito se respira más aire de paz que en Colombia”.

Por supuesto, la negociación debe continuar mediante el nombramiento de un nuevo delegado y la instalación de una nueva ronda de negociaciones. En sectores oficiales se espera que sea prorrogado el cese el fuego bilateral entre el ELN y la Fuerza Pública. Pero no tranquiliza que los frentes de esa organización sigan cometiendo delitos de todo género y continúen amenazando a los colombianos que no se pliegan a sus intereses, todos ellos de carácter violento y vinculados a crímenes de toda especie.

El gobierno debe agradecer al doctor Juan Camilo Restrepo por sus servicios en los meses que estuvo al frente de su comisión negociadora en Quito. Y podría aprovechar para renovarla, además de devolverle algo de la mucha confianza que ha perdido en la Nación debido a la violencia reiterada y al parecer sin límite del ELN.

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