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Calor letal

"El discurso que se difunde internacionalmente sobre el calentamiento global y la urgencia de actuar para detenerlo, es el mismo que hoy aplican las autoridades ambientales de Colombia sobre Paz de Ariporo".

29 de marzo de 2014 Por:

"El discurso que se difunde internacionalmente sobre el calentamiento global y la urgencia de actuar para detenerlo, es el mismo que hoy aplican las autoridades ambientales de Colombia sobre Paz de Ariporo".

“La generación futura mirará la sabana de Paz de Ariporo como un desierto porque eso será. Día a día empeora el clima”. El pronóstico de Arenzo Castelblanco, un campesino del Casanare, pone en palabras sencillas aquello del calentamiento global y el cambio climático, términos abstractos para el común de la gente pero que empiezan a mostrar de forma palpable qué tan letales son para el Planeta y la humanidad.En el departamento del Casanare saben que por esta época y durante cuatro meses se sufre por el intenso verano que seca ríos, afecta la agricultura y deja estragos. Hoy no salen de su asombro porque nunca habían padecido una sequía como la que afecta a la región y deja a su paso 25.000 animales, entre silvestres y de ganado, muertos. Las acusaciones señalan hacia diferentes direcciones, pero las explicaciones al fenómeno de calor son más sencillas de lo que se piensa. Están relacionadas con la forma como han actuado los seres humanos sobre estas tierras, arrasando bosques, desviando cauces de ríos, destruyendo sus recursos naturales, contaminando su hábitat. El discurso que se difunde internacionalmente sobre el calentamiento global y la urgencia de actuar para detenerlo, es el mismo que hoy aplican las autoridades ambientales de Colombia sobre Paz de Ariporo.Por años se ha alertado sobre el efecto de la deforestación a la que se han sometido los bosques del Casanare para abrirle más espacio a la agricultura y la ganadería. La intensidad del verano fue advertida con antelación suficiente, enfatizando que será cada vez más caliente si no se reforestan las zonas arrasadas. Igual sucede en el resto del mundo, donde según la Organización Mundial de Meteorología el 2013 ha sido el año con las temperaturas globales más altas de las que se tengan registro en tiempos modernos.Que en dos décadas el clima global promedio haya aumentado en medio grado centígrado es causa de alarma entre científicos y ambientalistas. Especies enteras se extinguen por el cambio en la temperatura de su hábitat natural, los desastres naturales aumentan y se intensifican, los niveles del mar suben y afectan a 350 millones de personas que viven en las costas. En Paz de Ariporo las temperaturas han llegado a 46 grados centígrados, letales para esos miles de animales que no han encontrado dónde refugiarse del calor extremo, irresistibles para los cultivos y que le pasan factura a los habitantes de la zona. La comunidad apenas ahora parece entender que no es sólo un fenómeno climático, sino la consecuencia de sus actos irresponsables sobre los recursos naturales que hasta ahora los hacían privilegiados.Pese a su gran dimensión, la sequía en el Casanare es pequeña frente a lo que padece el planeta. Que no puede quedarse en la anécdota de la descripción de los daños causados o solo en el señalamiento de responsables. Hay que actuar si se quiere detener ese calentamiento que tiene en riesgo al mundo y su población. Como dice Brigitte Baptiste, directora del Instituto Alexander Von Humboldt, “Si continuamos deforestando, tenemos las credenciales para el desastre”.

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