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Cali, 476 años

Eso es lo que hoy se vislumbra en las calles, donde el deseo de progreso impulsa iniciativas que de manera lenta y silenciosa pero segura, están transformando la vida urbana de la que en menos de un siglo pasó de ser una villa pequeña a una metrópoli llena de necesidades.

22 de julio de 2012 Por:

Eso es lo que hoy se vislumbra en las calles, donde el deseo de progreso impulsa iniciativas que de manera lenta y silenciosa pero segura, están transformando la vida urbana de la que en menos de un siglo pasó de ser una villa pequeña a una metrópoli llena de necesidades.

Rodeada de esperanzas y dificultades, de una historia llena de aciertos y unas posibilidades de progreso si logra encontrar el orden que requiere, Santiago de Cali cumple 476 años de vida el próximo 25 de julio. Cuanto logre en adelante dependerá siempre de sus habitantes y de las acciones proactivas que tengan sus dirigentes públicos. La historia de esta ciudad no puede olvidarse cuando se pretende hacer una interpretación de su presente y se trata de calcular sus posibilidades. Esta urbe de más de dos millones de personas es ante todo el producto de familias que llegaron aquí en busca de futuro. En la diversidad que trajeron ha estado siempre su riqueza, así sea todavía difícil lograr construir un concepto único de comunidad respetuosa de la diversidad y con propósitos que convoquen a todos. Pero incluso con las dificultades que en su dirección pública se han presentado, la capital del Valle sigue creyendo en un mejor futuro. Para ello le sirve recordar épocas en las cuales era capaz de enfrentar los retos y salir avante, al punto en que se convirtió en modelo a imitar en el resto del país. Eso es lo que hoy se vislumbra en las calles, donde el deseo de progreso impulsa iniciativas que de manera lenta y silenciosa pero segura, están transformando la vida urbana de la que en menos de un siglo pasó de ser una villa pequeña a una metrópoli llena de necesidades. Es el caso del Sistema de Transporte Masivo, MÍO, que anteponiéndose a las dificultades, avanza como solución que integra a todos los caleños y a la vez transforma la ciudad, librándola del caos y la polución. Aunque se ha presentado la oposición de quienes prefieren mantener su negocio particular en el transporte por encima de las necesidades colectivas, la voluntad general y el buen gobierno harán posible el progreso que todos esperamos.Igual ocurre con la transformación del centro de Cali, quizá el desafío más importante en materia de construcción de ciudad abierta para todos. La conjunción de proyectos como la sede de la Fiscalía General y la estación más grande del MÍO, así como la decisión de impulsar la renovación urbana, serán motores de un cambio que ha venido aplazándose de manera inexplicable. No obstante los malos momentos que han atravesado las finanzas públicas, la reacción de los contribuyentes indica que hay un regreso de la confianza y de la conciencia sobre la obligación de aportar al progreso de su ciudad. Así lo indica el que los recaudos por las megaobras se hayan incrementado en más del 31% durante el último semestre, y que los ingresos por impuestos municipales presenten un aumento promedio de 7,5%. Es la confianza que también ha impulsado la llegada de inversionistas que vuelven a encontrar aquí las ventajas que requieren.Por supuesto, quedan muchos asuntos por resolver como la seguridad que avanza de la mano de una Administración comprometida en recuperarla, o la solución a inconvenientes como la intervención de Emcali. Pese a ello, en su cumpleaños Cali puede mostrar de nuevo que el optimismo de su gente puede lograr el futuro que todos esperan y reclaman.

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