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Buen gobierno y eficiencia

"A la empresa más importante de los caleños se le debe asegurar un manejo eficiente, transparente y en el que se imponga la buena gerencia. Es en la gobernabilidad donde Emcali encontrará el soporte necesario para recuperarse, ser competitiva y cumplir con su obligación de prestar los mejores servicios públicos a la ciudad".

28 de junio de 2015 Por:

"A la empresa más importante de los caleños se le debe asegurar un manejo eficiente, transparente y en el que se imponga la buena gerencia. Es en la gobernabilidad donde Emcali encontrará el soporte necesario para recuperarse, ser competitiva y cumplir con su obligación de prestar los mejores servicios públicos a la ciudad".

A la empresa más importante de los caleños se le debe asegurar un manejo eficiente, transparente y en el que se imponga la buena gerencia. Es en la gobernabilidad donde Emcali encontrará el soporte necesario para recuperarse, ser competitiva y cumplir con su obligación de prestar los mejores servicios públicos a la ciudad.En el logro de esos propósitos la interinidad no le ha hecho ningún favor a la entidad. Por el contrario, ha abierto la puerta para que se presenten situaciones como la renuncia del doctor Germán Marín Zafra, encargado de la Gerencia, y la polémica que generó con las declaraciones hechas en su dimisión. La confusión no favorece a Emcali y se presta para que saquen provecho quienes insisten en mantener las viejas prácticas o influir en ella para preservar sus intereses.Se debe reconocer que los problemas persisten aún dos años después de su devolución. Lo cual obliga a que se tomen decisiones para garantizar el cumplimiento de la gestión más importante de la empresa que es prestar servicios de calidad y oportunos, fortalecerla para enfrentar la competencia, y blindarla de los intereses clientelistas, la politiquería y las viejas prácticas que siguen rondándola.El Código de Buen Gobierno, en el que se comprometió el Municipio para agilizar la devolución de Emcali luego de 13 años de intervención por parte del Gobierno Nacional, debe gestionarse y hacerse público en el corto plazo. Es la herramienta principal para que se dé la transparencia que demandan los caleños sobre una institución que es su mayor patrimonio. Igual de importante, es que la empresa se maneje con criterios gerenciales que conduzcan a la modernización necesaria para una ciudad desarrollada. De todos es conocido el rezago de 40 años que tiene Cali en sus redes de acueducto y alcantarillado, así como el efecto que generan para las finanzas de la entidad unas pérdidas de agua que alcanzan el 55,3% y que en el servicio eléctrico rondan el 11,3%. También es urgente decidir sobre el componente de Telecomunicaciones, donde Emcali tuvo su patrimonio más importante hasta hace una década, y se quedó rezagado frente a la competencia y la dificultad para hacerse a las últimas tecnologías. Lo otro a resolver es el conflicto con Megaproyectos, el concesionario del alumbrado público al que el Municipio busca rescindirle el contrato de manera anticipada. Cualquier medida debe evitar traumatismos en la prestación de ese servicio así como acciones legales que perjudiquen a la ciudad.Lo inmediato es detener las especulaciones dirigidas las unas a conseguir réditos políticos y las otras a crear un ambiente de desgobierno que avive el imperio de un sindicalismo mal entendido y a un clientelismo de voracidad insaciable. En ello debe trabajar la actual administración, pero sobre todo necesita comprometerse quien resulte elegido como alcalde de Cali en octubre. El próximo mandatario local deberá nombrar un gerente en propiedad, con el perfil técnico y empresarial que requiere Emcali, capaz de actuar para que la entidad no sucumba a las ambiciones de unos pocos, y que garantice la continuidad de una empresa que les pertenece a todos los caleños.

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