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Así no se puede

"De lo que se trata es de hacer un proceso serio con el ELN, que empieza por sacar a los civiles del conflicto y de no repetir el secuestro, uno de los peores atentados a la dignidad y la integridad, como muestra de buena voluntad y de compromiso con la búsqueda de la paz".

1 de noviembre de 2016 Por:

"De lo que se trata es de hacer un proceso serio con el ELN, que empieza por sacar a los civiles del conflicto y de no repetir el secuestro, uno de los peores atentados a la dignidad y la integridad, como muestra de buena voluntad y de compromiso con la búsqueda de la paz".

Con terquedad, el ELN se apega a viejas tácticas dilatorias y de presión, impidiendo con ello el inicio de lo que se denomina la fase pública de los diálogos de paz con el Gobierno Nacional. Y este, mediante orden directa del Presidente de la República, ha detenido la marcha del proceso hasta tanto se libere a Odín Sánchez, uno de los tantos secuestrados que aún permanecen en manos de ese grupo. La dilación se presenta por lo que para los cabecillas guerrilleros no es su obligación. Dicen que en sus compromisos no figura liberar antes del inicio de los diálogos a un hombre que se canjeó por su hermano porque este estaba en peligro de muerte y a quien no han devuelto a la libertad porque su familia no ha pagado el rescate. Y no hacen lo posible para aclarar cuándo será entregado ese ser humano condenado a la pérdida de sus Derechos Humanos, mientras declaran al Gobierno culpable de incumplimiento.Por otro lado, y escuchando el clamor de los colombianos, el presidente Santos ordenó suspender el inicio de la negociación hasta cuando el ELN libere al señor Sánchez. No podía ser distinto. De lo que se trata es de hacer un proceso serio que empieza por sacar a los civiles del conflicto y de no repetir el secuestro, uno de los peores atentados a la dignidad y la integridad, como muestra de buena voluntad y de compromiso con la búsqueda de la paz.Porque de eso se trata y por ello el ELN ha insistido en la participación de la sociedad en las negociaciones en todos los procesos que se han iniciado y frustrado en los últimos veinte años. Para ello deben reconocer que la negociación no es sólo con el Gobierno. Y que si quieren que la Nación les crea y que participe y respalde la negociación, terminar con esos crímenes es requisito fundamental.Eso es entender también que los civiles no pueden seguir siendo las víctimas de sus fechorías, ni pueden ser utilizados como fuente de enriquecimiento o como mecanismo extorsivo contra el Estado. Lo contrario, es insistir en imponer su particular forma de ver las cosas y de exigir que el país renuncie a principios elementales como el rechazo indignado al secuestro en todas sus formas.También es echar por la borda los esfuerzos que se hacen por terminar en forma pacífica un conflicto inútil, desgastante y sin futuro. La comunidad internacional ha demostrado con hechos que está dispuesta a servir de facilitadora de la negociación y como garante de los acuerdos que se logren. También es claro que según el acuerdo inicial, se le han aceptado al ELN muchas de sus solicitudes sobre la forma en que deben realizarse los diálogos.Sólo falta entonces que regrese la sensatez al grupo armado, que entregue a Odín Sánchez y permita que se inicie la fase pública del proceso. Para ello es necesario abandonar la idea inaceptable de que la Nación aceptará negociar mientras sus ciudadanos son sujetos del terror, o que la decisión de dialogar debe estar sujeta a polémicas eternas sobre lo que se firmó y sobre lo que se dijo. No más dilaciones. La mesa que no se ha podido instalar en Quito los está esperando.

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