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Arizona en puntillas

31 de julio de 2010 Por:

La nueva ley es consecuencia del incumplimiento de Obama...

Aunque peluqueada por una juez, desde el pasado 28 de julio entró en vigor la Ley promulgada por el Estado de Arizona para combatir la inmigración ilegal. Lo hace sin sus aristas más controversiales, las mismas que han causado una oleada de protestas entre la comunidad latina de los Estados Unidos.Una jueza federal, la señora Susan Bolton, le dio vía libre a la Ley pero suspendió las provisiones que autorizaban a la Policía a revisar la condición migratoria de personas “sospechosas” que hayan sido detenidas por alguna otra razón. También dejó sin efecto el punto que exigía a los inmigrantes portar documentación que los acredita como residentes legales, lo mismo que la prohibición a inmigrantes indocumentados para solicitar empleo en espacios públicos.Pese a ello, la juez reconoció que “hay una sustancial posibilidad de que los oficiales arresten erróneamente a extranjeros residentes bajo la nueva ley” y advirtió que “Arizona impondría un distinto, inusual y extraordinario peso a los extranjeros residentes legales que sólo el gobierno federal tiene la autoridad de imponer”. En otras palabras, limitó la ley, pero no la anuló en forma definitiva.Las reacciones han sido diversas. Para la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, el fallo de la juez es “sólo una piedra en el zapato”. Y el ‘duro’ sheriff Joe Arpaio ha anunciado el reinicio de sus célebres redadas, en las que busca a los inmigrantes ilegales. Por su parte, los defensores de los derechos civiles han celebrado el fallo de la juez como una conquista, y un paso adelante en la larga batalla para que se regularice la situación de millones de personas que viven en su país sin papeles en regla.La ciudadanía ha visto en la nueva ley, luego de las reformas de la juez, un instrumento necesario para defenderse. Pues en Estados como Arizona, la afluencia masiva de inmigrantes ilegales es un grave problema que afecta la calidad de vida. Pero también como un instrumento para presionar al Gobierno Federal de tal manera que se vea obligado a hacer frente a un grave problema social, originado en la intención de tener mano de obra barata para ejecutar trabajos ‘plebeyos’.La nueva ley es consecuencia directa del incumplimiento de Obama, quien se comprometió a “resolver” el problema migratorio y hasta ahora no ha presentado siquiera un proyecto de ley. Y el barco hace agua. En tanto se anuncia una norma parecida en el Estado de Florida, ya un ex oficial de Policía de Sacramento manifestó que “nosotros no debemos ser agentes federales”, pues si bien apoya la nueva ley, no considera que su implementación deba estar a cargo del cuerpo de Policía.Mientras tanto, una multitud se manifestaba en las calles de Phoenix, pues pese al debilitamiento, aún consideran que la ley no resuelve el problema y puede afectar los derechos civiles. Arizona está de puntillas, convirtiéndose en una especie de laboratorio de lo que sucederá en los Estados Unidos cuando el grave problema de la inmigración ilegal sea abordado con seriedad por el Gobierno Federal. Lo cual significa que Obama no puede seguir deshojando margaritas.

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