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Alerta necesaria

Se ratificó el buen momento de nuestra economía, expresado en indicadores macroeconómicos como la producción industrial, el consumo interno y una baja en el desempleo que, si bien no beneficia a todo el país, sí muestra un progreso innegable.

29 de septiembre de 2011 Por:

Se ratificó el buen momento de nuestra economía, expresado en indicadores macroeconómicos como la producción industrial, el consumo interno y una baja en el desempleo que, si bien no beneficia a todo el país, sí muestra un progreso innegable.

El pasado martes se produjo en Bogotá la reunión convocada por el presidente Juan Manuel Santos a empresarios y dirigentes nacionales para acordar la manera de enfrentar la crisis económica que afecta a los países desarrollados y sus repercusiones en Colombia. Aunque de la reunión no salió una medida concreta, la sola convocatoria es una valiosa alerta para que la Nación esté atenta a responder a las secuelas que tarde o temprano se sentirán en los países en desarrollo como el nuestro.La reunión sirvió para conocer los recursos con que cuenta Colombia para enfrentar el posible contagio. El gerente del Banco de la República informó que nuestro país tiene reservas internacionales por más de US$30.000 millones y cuenta con la posibilidad de acceder a un crédito flexible del FMI por US$6.500 millones para las eventualidades que se presenten.De igual manera, se ratificó el buen momento de nuestra economía, expresado en indicadores macroeconómicos como la producción industrial, el consumo interno y una baja en el desempleo que, si bien no beneficia a todo el país, sí muestra un progreso innegable. Cabe resaltar la consolidación del sistema financiero, su solidez y la sanidad de su cartera, y la distancia que supo tomar a tiempo para evitar los problemas que afectan a sus colegas de Estados Unidos con la crisis hipotecaria y a los de la Unión Europea con el derrumbe de las finanzas públicas en la mayoría de sus miembros.Sin embargo, el comportamiento en el mercado de capitales, en especial de las acciones, ya acusa cierto nerviosismo. Y está claro que la crisis de esos mercados consumidores golpeará a nuestro país como exportador. En el caso de los productos manufacturados, el efecto deberá sentirse en la reducción de exportaciones de bienes con valor agregado de importancia, cuyo retroceso implicará una amenaza para el empleo que ha venido recuperándose. Con respecto a la minería y el petróleo, las grandes damnificadas por la baja demanda y la reducción de sus precios serán las finanzas públicas, recostadas como nunca en las regalías y los ingresos que genera Ecopetrol.La situación internacional es sin duda difícil. Más aún cuando la reunión del Banco Mundial y el FMI del pasado fin de semana sólo dejó un aire de incertidumbre y nada de decisiones para enfrentar la bola de nieve que crece alimentada por la lentitud de la economía de los EE.UU. y el incierto panorama de las finanzas estatales en Europa. Lo que implica tomar medidas como ser austeros en el gasto público y detener la propensión al endeudamiento.Así mismo, si bien se debe incentivar el consumo y mantener estables las tasas de interés, no parece sano incrementar el endeudamiento de las familias sin tener claro su capacidad de pago. No debe olvidarse que por no aplicar ese principio, Estados Unidos padeció la quiebra de los bancos que apostaron a la especulación en el mercado hipotecario con la consiguiente recesión y pérdida de confianza.Así, y no obstante el buen momento que vive, Colombia debe estar alerta para responder a la amenaza de la crisis que sufren las locomotoras de la economía mundial.

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