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¿Acierto o error?

... también se reclama si existe una política clara y coherente para defender la soberanía nacional que deje atrás la estrategia de las declaraciones emitidas desde Bogotá que tratan de demostrar posiciones sólidas para luego convertirse en lamentos y rechazos ante los fallos adversos. Así pasó durante los años que duró el litigio fallado en el 2012. Ahora hacen curso dos demandas de Nicaragua, una en la que pide el cumplimiento de esa sentencia y otra donde reclama más plataforma continental que llegaría a pocos kilómetros de Cartagena.

9 de enero de 2014 Por:

... también se reclama si existe una política clara y coherente para defender la soberanía nacional que deje atrás la estrategia de las declaraciones emitidas desde Bogotá que tratan de demostrar posiciones sólidas para luego convertirse en lamentos y rechazos ante los fallos adversos. Así pasó durante los años que duró el litigio fallado en el 2012. Ahora hacen curso dos demandas de Nicaragua, una en la que pide el cumplimiento de esa sentencia y otra donde reclama más plataforma continental que llegaría a pocos kilómetros de Cartagena.

La decisión del Gobierno Nacional de no presentar recurso contra el fallo de La Haya que le otorgó a Nicaragua una importante porción del mar colombiano en el Caribe demanda explicaciones. Está claro que los plazos se cumplieron y ya no hay posibilidad de pedirle a la Corte Internacional de Justicia que revise su sentencia con la cual afectó de manera grave los derechos de nuestra Nación, en especial, de los habitantes del archipiélago de San Andrés y Providencia.Lo que se conoce hasta ahora lo manifestó Carlos Gustavo Arrieta, jefe del equipo de abogados contratados por el Gobierno. Según él, después de múltiples consultas a expertos se tomó la decisión “porque no había elementos nuevos que permitieran prever un cambio en la decisión de la Corte”. Haber actuado diferente “sería injustificado y una irresponsabilidad porque no se dan los supuestos de hecho que exigía el estatuto de la Corte para presentar un recurso de revisión”.Esa tesis la respaldan quienes aseguran que una reclamación de Colombia no habría cambiado la decisión del Tribunal y el país se vería, entonces sí, obligado a acatar la sentencia. Ello conllevaría la necesidad de cambiar la Constitución Nacional para incluir los nuevos límites del mar territorial, lo que para el Gobierno es imposible. En contraposición a las explicaciones dadas por el exprocurador Arrieta están los argumentos de quienes, como la excanciller Noemí Sanín, aseguran que sí existían elementos nuevos, como los intereses que se dieron a partir del fallo por la construcción de un canal en Nicaragua. Un hecho sobreviniente, según los contradictores de la decisión del gobierno Santos, que abría la posibilidad de que la Corte Internacional de La Haya revisara el fallo.Frente a esos dos puntos vista lo que exige el país es una explicación convincente que aclare por qué se renunció al derecho de hacer uso del recurso de revisión. También que se le diga cuáles son las consecuencias de esa decisión que al parecer deja sin acciones a Colombia para reclamar por un fallo polémico que dejó aislados los cayos Roncador, Quitasueño, Serrana, Serranilla, Bajo Nuevo, Cayo Bolívar y Albuquerque, creando unos enclaves que no tienen una explicación lógica, mientras le quitó 75.000 kilómetros de mar territorial.Pero también se reclama si existe una política clara y coherente para defender la soberanía nacional que deje atrás la estrategia de las declaraciones emitidas desde Bogotá que tratan de demostrar posiciones sólidas para luego convertirse en lamentos y rechazos ante los fallos adversos. Así pasó durante los años que duró el litigio fallado en el 2012. Ahora hacen curso dos demandas de Nicaragua, una en la que pide el cumplimiento de esa sentencia y otra donde reclama más plataforma continental que llegaría a pocos kilómetros de Cartagena.Será la historia la encargada de juzgar si la renuncia a la posibilidad de presentar un recurso de revisión sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia que tanto perjudicó a nuestro país fue un acierto o un error. Lo que no puede suceder es que se repitan las equivocaciones con las nuevas demandas de Nicaragua.

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