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A negociar con Nicaragua

"Lo que sigue es el trabajo anunciado por el presidente Santos, es decir, la negociación política con Nicaragua para fijar los límites. Y para concluir con unos litigios en los cuales se afectó a los habitantes de San Andrés y Providencia además de toda Colombia, que está ad portas de perder su dominio histórico sobre una vasta y rica zona de lo que siempre consideramos nuestra geografía nacional".

20 de noviembre de 2014 Por:

"Lo que sigue es el trabajo anunciado por el presidente Santos, es decir, la negociación política con Nicaragua para fijar los límites. Y para concluir con unos litigios en los cuales se afectó a los habitantes de San Andrés y Providencia además de toda Colombia, que está ad portas de perder su dominio histórico sobre una vasta y rica zona de lo que siempre consideramos nuestra geografía nacional".

Luego de la sentencia de la Corte Internacional de La Haya sobre el diferendo limítrofe de Colombia con Nicaragua, quedó la incertidumbre del camino a seguir para resguardar el territorio nacional. Veinticuatro meses después, el presidente Juan Manuel Santos anunció el pasado martes que ha dado instrucciones para iniciar la negociación tendiente a definir un tratado que fije las fronteras con el incómodo vecino.Como les ha ocurrido a varios países de Centroamérica y el Caribe, para Colombia no ha sido fácil la convivencia con Nicaragua. Su trayectoria está llena de demandas y pleitos para apropiarse de porciones de territorios mediante litigios bien administrados por sus abogados. Eso es lo que le sucedió a nuestro país el pasado 19 de noviembre de 2012, cuando la Corte Internacional de Justicia expidió una sentencia mediante la cual le entregó al país de Augusto Sandino un área calculada en 70.000 kilómetros de aguas que se suponen son territorio colombiano.La reacción en nuestro país fue indignada ante un fallo que no deja de parecernos injusto y desconocedor de tratados como el Esguerra- Bárcenas de 1928, o los firmados con los Estados Unidos, en los cuales se fijaron límites que, aunque no fueran nítidos, sí indicaban las fronteras. Incluso hoy existen voces de gran peso en la opinión que reclaman el desconocimiento de la sentencia, algo difícil de aplicar por un país que tiene una bien ganada reputación de honrar sus compromisos y de respeto por el Derecho Internacional.¿Qué hacer entonces? Algunos meses atrás, en mayo pasado, la Corte Constitucional expidió una sentencia que declaró ajustada a nuestra Norma Suprema la ley 37 de 1961 que aprobó el Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, con el cual Colombia reconoció a la Corte de La Haya como juez que resuelve las controversias en los países firmantes, entre los cuales se encontraba el nuestro. Eso es válido hasta tanto se cumplan los trámites para desvincular a nuestra Nación, después de la denuncia del llamado Pacto de Bogotá.Pero la Corte también dijo que el fallo no es aplicable por cuanto la única manera de modificar los límites de nuestro país es mediante un tratado. Es decir, una sentencia de la Corte de La Haya no puede cambiar nuestro territorio, por lo cual se debe realizar un tratado que aplique ese fallo. Y, además, dejó como obligación la realización de un tratado entre Colombia y Nicaragua para terminar con la larga disputa. Lo que puede incluir hasta los acuerdos necesarios para terminar el nuevo litigio instalado por el vecino sobre plataforma continental, y cuya aspiración lo podría poner a orillas de nuestra Cartagena de Indias.Eso es lo que ha ocurrido en el plano jurídico. Lo que sigue es el trabajo anunciado por el presidente Santos, es decir, la negociación política con Nicaragua para fijar los límites. Y para concluir con unos litigios en los cuales se afectó a los habitantes de San Andrés y Providencia además de toda Colombia, que está ad portas de perder su dominio histórico sobre una vasta y rica zona de lo que siempre consideramos nuestra geografía nacional.

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