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A la Ciudad Blanca

El paro que bloqueó durante 27 días la carretera Panamericana provocó el aislamiento del sur del país, golpeó a los campesinos de la región y les dejó pérdidas aún incalculables a sus actividades como sociedad.

14 de abril de 2019 Por: Editorial .

El paro que bloqueó durante 27 días la carretera Panamericana provocó el aislamiento del sur del país, golpeó a los campesinos de la región y les dejó pérdidas aún incalculables a sus actividades como sociedad. Popayán fue la ciudad más afectada con la toma de la vía, tanto así que los payaneses decidieron protestar contra las acciones del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.

Además del daño económico que se les ocasionó, de las carencias a las que fueron sometidos por la falta de alimentos o de medicinas, el paro puso en riesgo la realización de la Semana Santa, la época más importante para la capital del Cauca que atrae a turistas del mundo. El resultado fue que a pocos días de su realización, el 70% de las reservaciones hoteleras fueron canceladas, y será difícil recuperarlas así como la confianza de quienes la visitan en esta época del año.

A través de la historia, Popayán ha sido epicentro de cultura, símbolo de la confraternidad y sede de tradiciones reconocidas por su profundo significado para nuestra Nación. Por eso, el viaje a la Ciudad Blanca es siempre un reconfortante encuentro con los símbolos arquitectónicos, con centenarias tradiciones religiosas y, lo más importante, con la gente amable y generosa que vive en esa capital, dispuesta siempre a recibir con los brazos abiertos a quienes llegan a visitar y disfrutar sus tesoros.

La Semana Mayor de Popayán es más que una tradición religiosa. Es un símbolo de identidad de su gente, de su cultura, de su historia y de sus arraigos, tanto que hace 10 años la Unesco la declaró Patrimonio Inmaterial y Cultural de la Humanidad. Ahora la Semana Santa de Popayán le pertenece al mundo y hay que preservarla.

Por eso hay que demostrarle su solidaridad, en especial de parte de los caleños y vallecaucanos, sus vecinos más próximos y con quienes le unen antiguos lazos de fraternidad. Es la ocasión de visitar la Ciudad Blanca, la ciudad de la paz, de ser partícipes de esa tradición cultural centenaria llena de luz, de espiritualidad, que causa asombro y aprecio en el mundo.
Ese es el apoyo que más necesita hoy la capital caucana.

También hay que pedirles a quienes han promovido esos paros y los bloqueos de vías como la Panamericana, que tomen en consideración lo que la Semana Santa significa para Popayán, para Colombia y para la humanidad y el daño que sus actos pueden causarle a este Patrimonio Mundial. Y que se unan al esfuerzo de recuperar la imagen del departamento del Cauca, en especial de su capital, como ejemplo de lo que ha sido la convivencia de culturas y etnias en Colombia, no obstante las dificultades que son inevitables cuando existen diferencias.

Por ello hay que respaldar a Popayán en este momento, cuando las vías de hecho volvieron a perjudicar a sus habitantes. Con ello se demostrará también que la cultura, la solidaridad y el respeto por la diversidad y las tradiciones son más fundamentales para mantener la convivencia que a través de los siglos ha hecho posible superar las dificultades. Quien asista a la Semana Santa tendrá también la oportunidad de reconocer y disfrutar uno de los grandes tesoros de nuestra nacionalidad.

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