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A cuidar la casa

Ahora hay que reparar las averías profundas que se le han ocasionado a la casa, blindarla para que se conserve y asegurar sus cimientes para que pueda acoger a sus 7.500 millones de habitantes actuales y a los 11.000 millones que tendrá al finalizar el siglo. De las acciones de los gobiernos, de las comunidades y de cada individuo, dependerá la preservación de este hogar de todos que es la Tierra.

18 de abril de 2015 Por:

Ahora hay que reparar las averías profundas que se le han ocasionado a la casa, blindarla para que se conserve y asegurar sus cimientes para que pueda acoger a sus 7.500 millones de habitantes actuales y a los 11.000 millones que tendrá al finalizar el siglo. De las acciones de los gobiernos, de las comunidades y de cada individuo, dependerá la preservación de este hogar de todos que es la Tierra.

Para que un hogar se mantenga en buen estado y perdure en el tiempo, necesita de los cuidados, la dedicación y el cariño de quienes lo habitan. Ese principio es el que se le ha olvidado aplicar a la humanidad para preservar en las mejores condiciones a la Tierra, la única casa que tiene y le brinda lo necesario para vivir.Aunque parece una reflexión retórica, en ella se resumen la indiferencia y negligencia del mundo hacia la que debería ser su tarea más importante: cuidar el Planeta, protegerlo y conservarlo tanto para las generaciones actuales como para las futuras. Una responsabilidad individual y colectiva sobre la que se llama la atención en el Día Internacional de la Madre Tierra, que se conmemora cada 22 de abril desde 1970, cuando 20 millones de personas lanzaron un SOS por el deterioro ambiental y pidieron a políticas y acciones para detenerlo.Este año la celebración tiene connotaciones especiales por el compromiso de las naciones y sus líderes de acordar en diciembre próximo un tratado vinculante sobre el cambio climático que obligue, ahora sí, a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, buscar fuentes alternativas de energía y detener el calentamiento global. Así mismo, se conocerán los resultados de la primera etapa de los Objetivos del Milenio, que entre otras metas pretende armonizar el crecimiento económico global y la sostenibilidad del Planeta.El deterioro que se le ha ocasionado a la Tierra, así como sus causas, están suficientemente diagnosticados. Por ejemplo se sabe que al año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques por tala indiscriminada y los incendios. También se conoce el tamaño del boquete que le ocasionan a la capa de ozono las 8.000 millones de toneladas de dióxido de carbono que produce el mundo y que no pueden ser absorbidas porque hay cada vez menos árboles y bosques capaces de procesar el mortal veneno.De los daños no se salvan ni los océanos, ni los glaciares, ni las selvas, ni los ecosistemas, ni las especies animales y vegetales, que es de donde sacan su sustento de vida los seres humanos. Los efectos también se sienten en los fenómenos naturales como los huracanes, tifones, sequías o inundaciones que son más frecuentes, intensos y con mayor poder de devastación. Ahora hay que reparar las averías profundas que se le han ocasionado a la casa, blindarla para que se conserve y asegurar sus cimientes para que pueda acoger a sus 7.500 millones de habitantes actuales y a los 11.000 millones que tendrá al finalizar el siglo. De las acciones de los gobiernos, de las comunidades y de cada individuo, dependerá la preservación de este hogar de todos que es la Tierra.Para lograrlo son tan imprescindibles las políticas de los Estados como los cambios que adopte cada persona en sus costumbres diarias, como lo pidieron hace 45 años esos 20 millones de hombres y mujeres que clamaron angustiados por el futuro del Planeta y de la humanidad. De lo contrario, la misma humanidad pagará el costo de su mal comportamiento y de la destrucción que le está causando a su medio ambiente.

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