El pais
SUSCRÍBETE
Benjamin Barney Caldas

Columnistas

Vivienda y ciudad

Actualmente, en todas las ciudades la mayoría de sus habitantes vive en una casa o en un apartamento, y cada vez hay más hoteles.

25 de abril de 2024 Por: Benjamin Barney Caldas

En general, en el mundo, primero fueron las viviendas y luego las ciudades, conformadas a base de viviendas a las que se accedía por espacios los urbanos que fueron quedando y que luego serían sus calles, plazas y parques, espacios que, por lo contrario, serían los determinantes de las nuevas ciudades creadas ex profeso. Las viviendas primero fueron solo un refugio, luego se construyeron casas, desde refugios hasta palacios, y por último, edificios de apartamentos, desde ‘apartaestudios’, hasta ‘mega apartamentos’, aunque ninguno de estos es lo mismo que una vivienda en una ‘insulae’ romana; y las posadas dieron paso a los hoteles.

Actualmente, en todas las ciudades la mayoría de sus habitantes vive en una casa o en un apartamento, y cada vez hay más hoteles, viviendas que se ubican en las calles, en las que eventualmente se forman algunos vecindarios que son parte de un barrio que está en un sector de la ciudad, y esta a su vez lo está, rodeada de campo, en una región natural. Espacios que desde luego son muy diferentes entre sí, pero que se deben complementar unos a otros para una mejor calidad de vida en cada uno de ellos y, por lo tanto, en la ciudad, ante todo hay que procurar que todos ellos que sean seguros, funcionales, confortables, flexibles y emocionantes.

Espacios que en lo pertinente a cada uno deben ser seguros ante sismos, inundaciones, vendavales e incendios, como frente a la delincuencia común y el vandalismo. Funcionales respecto a la movilidad en ellos y la presencia de los servicios públicos necesarios para cada uno. Confortables de acuerdo con el clima de cada región, de cómo este se manifiesta en cada sector de las ciudades, y en estos en cada vivienda. Flexibles, especialmente las viviendas las que se deben adaptar fácilmente a los cambios de sus habitantes. Y todos deben ser emocionantes pero complementarios y en diferentes momentos de la vida cotidiana, incluyendo el uso y disfrute de las regiones naturales.

Por supuesto vivir en una casa o en un apartamento, o estar por unos días en un hotel, es muy diferente, lo mismo que lo es cada uno de los casuales vecindarios que se encuentran a lo largo de cada calle, sobre todo en las esquinas, por lo que la vida afuera de la vivienda ya es otra muy distinta, y lo mismo sucede con los barrios y los sectores de las ciudades, y las regiones naturales en las que se ubican suelen ser varias y diferentes unas de otras. La suma, o resta, de esas diferencias determina, consciente o inconscientemente, el carácter de cada vivienda en la ciudad y, en su conjunto, el de cada ciudad.

Por todo lo anterior defender el patrimonio construido y el entorno natural de las ciudades pasa a significar preservar un modo de habitar y la calidad de vida derivada del mismo. Ya se trate de cada vivienda, calle, vecindario, barrio, sector, ciudad y región natural, su conservación o sus modificaciones necesarias, pero respetuosas, son claves para cada uno de esos diferentes espacios, los que juntos constituyen cada ciudad. Escenarios de muchas vidas, viviendas y ciudad conforman una tradición que sale a flote cuando visitando una ciudad ya no se limita a lo que se ve, si no igualmente a lo que se oye, siente, huele y saborea, lo que deben tener presente todos los días los que moran en ella.

AHORA EN Columnistas

Columnistas

Oasis

Hugo Armando Márquez

Columnistas

De rodillas