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Señores alcaldes, concejales…

Señores alcaldes, señores concejales, señores gobernadores, señores diputados, señores ediles de este...

26 de octubre de 2015 Por: Víctor Diusabá Rojas

Señores alcaldes, señores concejales, señores gobernadores, señores diputados, señores ediles de este querido país. Señoras y señores electos, bienvenidos a la historia. Igual, si ya han pasado por ella o si están a punto de estrenarse en el servicio público. De verdad, bienvenidos. Buena suerte y muchos éxitos. Sí, que tengan buen viento y buena mar. Aunque sería mejor desearles que les vaya como se merezcan. Al fin y al cabo son ustedes los únicos responsables de sus actos. Y cuando decimos que entran en la historia es para que ella misma se encargue de juzgarlos. Dentro de cuatro años, a estas alturas se sabrá si fueron capaces de responder a la confianza que les depositaron los electores. Eso sí, en el caso de que hayan ganado en franca lid, es decir, en el libre ejercicio democrático ajeno a cualquier tipo de componenda o práctica nociva que haya servido para alterar la voluntad popular (antes, en el curso o después de las elecciones), lo que era mucho más que un riesgo en estas elecciones. Pero que de ello se encargue la justicia, aunque tan mal ande.Pero, señoras y señores, volvamos a ustedes y a sus obligaciones. Mejor dicho, a lo que deberían tomarse el trabajo de pensar entre hoy y el 1 de enero cuando ya tendrán que hacer mucho más que asumir y tomarse la foto. Comiencen, sugiero, por volver a mirar sus programas de gobierno que, si fuésemos serios (poco lo somos) deberían signar sus administraciones y el ejercicio de sus cargos, pero que, como todos sabemos (y, otra vez para ser justos, en la mayoría de los casos) sirvieron para seducir en campaña, pero están, esos programas, no sé si a años luz pero sí bastante lejos de la realidad. En ese sentido, no les sobra enterarse pronto de cuán raspada les dejarán la olla, dato parcial porque quién sabe cuánto más ordeñarán la vaca local de aquí al 31 de diciembre a las 11 y 59 de la noche.Y así como hay que preocuparse por la casa del frente, péguenle una mirada, y una sacudida, a la suya. En el nada hipotético caso de que hayan contraído compromisos con quién sea, compromisos que ponen en entredicho desde su libertad hasta su transparencia pasando por su honestidad y rectitud, tienen ustedes aún la oportunidad de desamarrarlos, sentirse libres y lanzarse a la grata aventura de gobernar y ejercer para el bien de la comunidad y no de los intereses particulares de esas personas, fuerzas políticas, negocios, torcidos o similares. Si no lo hacen ahora, luego será más difícil y costoso, en todos los términos. Soldado advertido…Gobiernen bien y, cuidado, rodéense bien. No sobra pegar una mirada al entorno. Esas personas con las que han decidido contar serán más que sus simples secretarios o asesores. Son, a partir de hoy, sus ojos, sus oídos, su olfato y parte de sus cerebros. Elíjanlos porque ustedes creen que pueden servir a los demás y nada más, porque sí los admiten como cuotas impuestas lo pagarán caro. No hay almuerzo gratis.En el también muy hipotético caso de que hayan decidido leer esta columna, no la guarden. Dentro de dos, tres o cuatro años no les hará falta. Ya sea dónde estén: en la cresta del reconocimiento de quienes agradecen su gestión, o quién sabe si en manos de la Procuraduría, de la Contraloría o de la Fiscalía, o -no lo descarten- de las tres juntas. Bueno, si es que para entonces ellas han vuelto a cumplir con lo que manda la Constitución.

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