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¿Se siente usted más seguro hoy?

Si es cierto que en el último año el número de víctimas...

26 de agosto de 2013 Por: Víctor Diusabá Rojas

Si es cierto que en el último año el número de víctimas de la inseguridad en Colombia bajó en 330 mil personas (pasó, dice el Dane, de 3 millones 100 mil entre 2011 y comienzos de 2012 a 2 millones 800 mil entre abril de 2012 y abril de 2013), las cosas no solo están cambiando sino que lo hacen a velocidades meteóricas.Y si también es cierto que no solo hay menos delitos ahora sino que la gente se siente mucho más segura en nuestro país, como lo dice también el Dane (la percepción de inseguridad se redujo de 61,1% a 54,8% en el mismo período), el caso es poco menos que excepcional.Eso, si uno se remite al Índice Mundial de Paz que aún está fresco. Apareció en junio y, como se recordará, sus conclusiones revelan que la inseguridad es un fenómeno mundial de estos tiempos que crece casi a la par de la crisis económica. El informe cifra en 5% el deterioro de lo que lo que llama ‘paz mundial’, que no es, como se creería, una mirada solo a conflictos armados que se viven en diferentes regiones del mundo, sino en el que se suman factores como la criminalidad, que ataca al ciudadano del común.El análisis señaló incremento de ese flagelo en 110 países. Quienes más aportamos somos latinoamericanos y subsaharianos, mientras que entre las 48 naciones en las que se presentó decrecimiento aparecen casi todas las europeas, a excepción de las azotadas por la crisis (España, Portugal y Grecia) que viven y sienten una ola delincuencial sin precedentes en su historia moderna. ¿Cómo le fue a Colombia en el Índice de Paz Mundial? ¿Se acuerdan? Mal no, muy mal. Ocupó el puesto 147, con un panorama peor que el de Venezuela (lo que ya es escandaloso y quizás injusto) y muy lejos de los buenos indicadores de Uruguay y Chile, los mejores del vecindario. Ahora bien, que la inseguridad le cueste a la economía mundial US$473 mil millones es señal de que el tema es importante y urgente. Y no hay candidatura que no incluya en su programa un plan para brindar seguridad, sí, democrática, pero de verdad, es decir, para todos y con respeto a los derechos humanos. Pero la pregunta inicial es si nos sentimos seguros en Colombia. El Dane dice que vamos en ese sentido. El Índice Mundial de Paz, apunta al otro lado, a lo mejor ante un hecho irrebatible: la mayoría de delitos en Colombia son acompañados por uso de armas e intimidación. ¿A quién creerle? Por encima de estudios de opinión y análisis, la gente tiene un referente incuestionable: su experiencia diaria, la de un familiar o un vecino. Esa que crece sobre temores fundados, ¿o acaso no los son las zonas vedadas por las que las autoridades nos invitan a no transitar sin pagar las consecuencias? Es esa inseguridad cotidiana, que nos hace andar con ojos en las espaldas o ingeniarnos seguros particulares para salvaguardar celulares, bolsos, billeteras, relojes, espejos del carro y todo lo que tenga algún valor. Es la percepción silenciosa de la inseguridad, la de quién sabe si hoy me toque el turno, ojalá que no. Uno sabe que la corrección política invita a hablar de seguridad en aras de la inversión extranjera. Pero las cosas afuera son diferentes. Porque si le pasa lo que al hijo del Secretario de Gobierno de Bogotá y a su novia, que los robaron con escolta a bordo (bueno, casi, porque el agente se fue a ‘tanquear’ la moto y mientras tanto a ellos les cayó el hampa), ¿qué pueden esperar millones de personas que se juegan el pellejo a diario en el asfalto, casi siempre con muy poco amparo?Claro, para ser justos con el Dane y con el Índice de Paz Mundial podríamos, ahora que está tan de moda, llevar a referendo la pregunta: ¿Se siente usted seguro hoy?

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