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Decálogo del antifútbol

Diez cosas del fútbol que, más allá del vulgar negocio, merecen repensarse:1....

17 de octubre de 2016 Por: Víctor Diusabá Rojas

Diez cosas del fútbol que, más allá del vulgar negocio, merecen repensarse:1. La corrupción (I): no nos digamos mentiras, el Fifagate pasó de puntillas y Blatter ya no está. Pero casi todo sigue siendo como si él estuviera. Pese a todo, habrá Qatar 2022. El exseleccionador nacional de Inglaterra, Sam Allardyce, demostró hasta dónde llega el “tú juegas, tú pagas”. E Infantino quiere hacer una Copa Mundo con 48 equipos, el colmo.2. La corrupción (II): lo que denunció el periodista John Carlin, en El País de España, es otra tapa. Dos equipos sub 15 acordaron en Cataluña un empate para garantizar el ascenso de ambos a la siguiente categoría. Sí, ¡sub 15!, niños apenas. Los obligaron técnicos y dirigentes. ¿Pasará sólo a ese nivel? ¿Qué cree usted?3. Las millonadas: los valores de las ventas de jugadores (o póngale el eufemismo que quiera) son insultantes en un mundo con los problemas de hoy. ¿La transacción de un tipo, lo digo con todo el respeto, que le pega patadas a un balón puede superar los 110 millones de euros, como pasó ahora con Pogba? Y no hay techo. Cada vez será peor.4. El firmamento de estrellas: Me fascinan un gol de tiro libre de Cristiano; una cabalgata de Messi, en la que los rivales parecen más aplaudir que marcar; o un enganche de Dybala. ¿Pero ellos mismos, y centenares como ellos, merecen poner un equipo de periodistas frente a un hotel para verlos montarse a un bus? ¿O que miles de hinchas esperen horas y horas para que esas estrellas apenas muevan una mano a manera de saludo, en el mejor de los casos?5. ¿La pantomima: ¿No hay forma alguna de acabar con tanta sobreactuación de los, además, pésimos actores que resultan ser los futbolistas cuando fingen lesiones? Y peor si es en Colombia. El otro día dediqué, cronómetro en mano, diez minutos de un partido de la liga local a sacar cuentas y me encontré con que no jugaron más de dos.6. La violencia: sí, esa misma que a lo mejor lo desterró a usted de los estadios.7. En uso de la ley de cuotas, mi mujer me ha pedido que le permita escribir una de estas diez razones. Ni formas de negarme. Ahí va: “¿Cómo hacen esos señores (dice, mientras señala la pantalla de la tele en que cuatro colegas disertan) para hablar durante toda una semana de lo que pasó en 90 minutos, ocho días atrás?”. No tengo comentarios.8. ¿La mano de Dios?: No sabía que la séptima estrella de mi querido Santa Fe hubiera estado precedida por una visión divina. Lo dijo Daniel Torres. A mí me cuesta creer que Dios le dedique tiempo al fútbol. Anda tan ocupado en La Guajira y en Siria como para dedicarse a convencer a Ómar Pérez de que es mejor pegarle con el borde interno. Y además, se supone, Dios es neutral. Ni religión ni política deberían caber aquí.9. La carga paternal: lo denunció este diario hace unas semanas. Padres de niños que apenas incursionan en divisiones inferiores, convierten sus sueños en pesadillas. Hay que verlos al borde de las canchas convertidos en fieras porque los pelados se equivocan o porque el árbitro no pitó los que ellos dicen ver. Tranquilos, a lo mejor su hijo no elige ser Neymar Jr sino un hombre feliz.10. El triunfalismo: he decidido, como alguna gente, no salir a la calle cuando juega la Selección Colombia. Esos días uno caza adrenalina con las manos. ¿Por qué no sucede lo mismo cuando ganan Caterine, Nairo o Mariana? ¿Por qué será? ¿Acaso porque no es negocio?En consecuencia, el próximo domingo, tras pensarlo dos veces, echaré camino al estadio. Aunque quién sabe si el otro domingo lo piense tres.

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