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De trazos y genios

Diego y Jorge: dos trazos, dos genios, dos hombres para seguir creyendo que lo único que sobrevive, incluso a las hecatombes, es solo aquello que enaltece el espíritu, el arte, en todas sus expresiones

4 de julio de 2021 Por: Vicky Perea García

No sé dónde o de qué manera figuran Jorge Restrepo Hernández y Diego Ramos Ramírez en aquellas exclusivas y selectas listas que surgen de los conventillos de quienes se precian de saber de arte. Conventillos sobre los cuales la inefable Emma Reyes, pintora y escéptica de oficio, tenía su propia lectura. En general, decía, los críticos lo son por frustración.

Lo que sí sé es que Restrepo y Ramos, ambos jóvenes y discretos señores, despiertan profundas sensibilidades con esos trazos suyos, si bien diferentes en su concepción, muy similares en ser el resultado de la naturalidad con que hacen lo que les apasiona y tanto nos conmueve.

Comienzo con Jorge Restrepo, ese hombre que nunca se va a ir de Tuluá. No porque no se haya querido ir, porque ofertas no le habrán faltado, sino porque quizás aquí, en esta tierra tan bella y tan feraz como presa de un terrible signo de tragedia que la acompaña siempre, hay muchos halos que lo inspiran.

Y estoy seguro, lectores de estas líneas, de que mucho de lo que hace Jorge Restrepo ha pasado por sus manos. Por ejemplo, tantas ilustraciones suyas que durante años han sido material de Semana y destinadas a ilustrar artículos. Recuerdo a Felipe López, entonces director de la revista, empeñado en que lo de Jorge acompañara determinadas notas. En especial, aquellas historias que por su carácter iban a inspirar debate y controversia.

Ahí descubrí que Jorge Restrepo no solo era un gran caricaturista, en la medida de exagerar los rasgos de los personajes, sin necesariamente ponerlos en ridículo, sino también ese extraordinario retratista, capaz de ir más allá de lo físico y desnudar buena parte de la condición humana de aquellos a quienes pinta, casi siempre gente célebre empeñada en esconder algo.

Así, sin protagonismo alguno, Jorge ha delineado la carne y el alma de la clase dirigente de un país. Algo que algunos descubrirán apenas en un mañana, si es que hay un mañana.

Sobre Diego Ramos hay que comenzar por decir lo que han dicho de él en Europa: que desperdicia su tiempo cuando se dedica a pintar toros y toreros, esa extraña cosa que para muchos resulta ser la tauromaquia.

Se equivocan. Primero, porque cuando lo miran así, en términos de tiempo, quizás quieran decir que, además de dejar ir las horas permite que se vaya la plata. Y Diego no pinta para usar el tiempo, como tampoco para matarlo. Diego destina espíritu a hacer lo que le gusta, ese imposible para los demás, pero tan familiar para él de parar el reloj en un motivo en el que siempre hay movimiento. Además de hacerlo a placer, cuestión menor en estos tiempos de mercantilismo como primer mandamiento.

Claro está, lo suyo se vende y rápido. Como esta reciente colección "Rafael de Paula” que, vista desde sus pinceles, se marchó completa en apenas dos apenas semanas del estudio que tiene en el sur de Francia. Muchas peticiones encontraron a vuelta de correo un “muchas gracias, pero será en otra oportunidad”.

Sí, menos mal vende para poder vivir y para que algunos privilegiados guarden esos retazos de una expresión cultural de la humanidad, la tauromaquia. Aquella misma que buscan prohibir, como la existencia misma del toro de lidia, sin éxito. Al fin y al cabo, les resultará imposible borrarla de la historia, aunque bien pueden animarse a comenzar por Altamira y Creta.

Los invito a que, ojalá sin prejuicios, se asomen a la obra de Diego, este caleño que se marchó con una maleta vacía y que ahora, con ella llena de historias maravillosas dibujadas desde la digna soledad del migrante, hace mucho por el nombre de esta tierra a punta de obras.

Jorge y Diego, Diego y Jorge: dos trazos, dos genios, dos hombres para seguir creyendo que lo único que sobrevive, incluso a las hecatombes, es solo aquello que enaltece el espíritu, el arte, en todas sus expresiones.

Sigue en Twitter @VictorDiusabaR

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