El pais
SUSCRÍBETE

Que te vaya bonito…

Y entre lo bueno, la solidaridad de los gremios y la empresa privada en el Valle, que con apuestas como Compromiso Valle le están dando la mano a decenas de miles que tanto lo necesitan en nuestra comarca

28 de diciembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Y ojalá no te repitas, 2021. Si pensábamos que no habría un año peor que el 2020, era porque nos faltaba vivir este que termina pasado mañana.

Lo malo: Comenzamos enero con la pandemia por el Covid-19 más vigente que antes, con la resaca que produjeron las fiestas decembrinas y el triunfo del América traducida en un número incontrolable de contagios y las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, no en su máxima capacidad sino en el nivel siguiente, teniendo que despachar pacientes a ciudades alternas porque en Cali no había como atenderlos.

Desde los albores del año vislumbramos que el otro mal que no le da respiro desde hace décadas a la capital del Valle, está lejos de recular. La violencia sigue vigente, el número de asesinatos aumenta y ninguna estrategia de seguridad parece funcionar. Aquí se mata y se roba, y se mata y se roba de nuevo, como si fuera deporte y nadie puede hacer nada más que tratar de resguardarse en su casa y no ‘dar papaya’ como tantas veces nos lo dicen, incluidas las autoridades que parecen perdidas en su deber de protegernos.

Y nos llegó lo peor, que no fue el paro del 28 de abril en sí, porque ese estaba más que justificado en la torpeza de un gobierno que no quiso escuchar a tiempo la voz del pueblo, que era la de todos los ciudadanos sin importar su estrato social ni su condición económica. Fue lo que siguió después y durante seis semanas para Cali y para el Valle en particular, que dejó daños físicos y produjo una ruptura social que se gestaba de tiempo atrás, lo más grave de este año. Hasta la fecha poco o nada se ha reparado, como salta a la vista en las calles y tal cual se siente y resiente en nuestra sociedad.

Y entonces gracias a esa explosión local, ratificamos que tenemos un mandatario local que en lugar de solucionar, unir y gobernar para todos, parece tranquilo, por no decir feliz, dividiendo, enredando con sus discursos demagogos y más preocupado en decidir cuál será el próximo proyecto que hará a través de los convenios interadministrativos que tanto le gustan y tan poca transparencia representan, o cuáles presentará al Concejo donde la mayoría son sus áulicos que le aprueban de todo, con las dos o tres excepciones honrosas que ya conocemos.

Ha sido un año aciago para Cali, un poco mejor para el Valle a pesar de los conatos de violencia que vuelven a afectar sus cordilleras y poblaciones que parecían libradas de tantos malos que en su historia las han afectado, y de los incumplimientos del Gobierno Central a sus compromisos de infraestructura con el departamento. Buenaventura merece capítulo aparte porque siempre se necesita una columna completa para analizar qué le sucede.

Lo bueno: Claro, no todo fue malo. Lo más importante para rescatar es el poder de resiliencia, que es el arte de saber levantarse y continuar en medio de las adversidades, que han mostrado los colombianos y en particular los caleños. Aquí vamos, trabajando en lo que podamos para salir adelante, sacando avante la economía tan resentida y reinventándonos a diario.

El manejo que se le ha dado a la pandemia y al plan de vacunación nacional, departamental y local contra el covid ha mostrado sus resultados positivos. Se debe reconocer el trabajo articulado y comprometido del Ministro de Salud y las secretarias del ramo en el Valle y en Cali que superaron los escollos durante el periodo de ajuste pero lo han resuelto lo mejor posible. El problema es de quienes no se han querido vacunar, porque de resto el sistema funciona bastante bien.

Y entre lo bueno, la solidaridad de los gremios y la empresa privada en el Valle, que con apuestas como Compromiso Valle le están dando la mano a decenas de miles que tanto lo necesitan en nuestra comarca, pero más importante aún que están generando esperanzas de futuro en especial para los jóvenes, que con justa razón reclaman más atención y oportunidades.

Así termina este 2021 que despedimos con ansias. ¿2022, qué nos depararás?
Sigue en Twitter @Veperea

AHORA EN Vicky Perea Garcia