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Nada pasará

Así el alcalde Jorge Iván Ospina no le interese escuchar la verdad, porque sabe que es un maestro de la evasión y al final siempre se sale con la suya, uno no se puede callar frente a sus meteduras de pata o sus marrullas.

3 de noviembre de 2020 Por: Vicky Perea García

Así el alcalde Jorge Iván Ospina no le interese escuchar la verdad, porque sabe que es un maestro de la evasión y al final siempre se sale con la suya, uno no se puede callar frente a sus meteduras de pata o sus marrullas.

De los $650.000 millones de endeudamiento que le aprobó el Concejo ya se ha dicho lo necesario, incluso que, pese a los llamados para que se haga claridad, sigue sin saberse en qué se va a invertir ese cheque en blanco que le firmaron 19 de los honorables integrantes de esa corporación, a los otros dos, sobre todo a Diana Rojas, hay que llamarlos valientes por su solitaria lucha y por cumplir con el mandato para el cual fueron elegidos.

A estas alturas lo que uno esperaría, ya que el Concejo no lo hizo, es que los organismos de control tengan la lupa puesta sobre ese proceso. Pero hasta la fecha el silencio reina, no hay ningún pronunciamiento de la contralora municipal, María Fernanda Ayala, ni del personero de Cali, Harold Cortés Laverde, sobre la vigilancia que deben ejercer sobre esos dineros públicos.

Ojalá solo sea un descuido de ellos y no que se esté dando la razón a las dudas que en su momento generaron esas dos elecciones: la de la Contralora porque según los rumores fue la cuota impuesta por el exgobernador Juan Carlos Abadía, y la del personero porque al final terminó como candidato único tras la intempestiva renuncia de sus dos oponentes. Este sería el momento de demostrar a los caleños que sí cumplirán con las principales responsabilidades que tienen: cuidar los dineros públicos y velar porque se respeten los intereses de los ciudadanos.

Entonces, tras ese batacazo, llegan los anuncios de una Feria de Cali virtual que costará $11.000 millones y de un alumbrado navideño en el que se invertirán $10.334 millones. En épocas de vacas flacas, o cuando la situación indica que se debe actuar con prudencia, hay que evitar el despilfarro, apretarse el cinturón. Lo contrario de lo que está haciendo el Alcalde de Cali.

Puede que a Jorge Iván no le gusten las críticas o que se meta el cuentazo de que esos dineros serán la redención para los artistas que tanto han sufrido debido al confinamiento extendido. Incluso puede creer que la iluminación decembrina nos sacará de esa depresión social en que nos ha sumido el covid. Pero ni lo uno ni lo otro.

A los emprendedores culturales se les ayuda con programas que les permitan retomar su trabajo y garantizar la continuidad mientras salimos de este complejo momento, no con una presentación de un día, así esa llegue hasta el último rincón del mundo gracias a la virtualidad.
No creo que uno o dos millones de pesos saquen de la crisis a los bailarines de salsa o a las orquestas locales, ni que por esa exposición internacional les lluevan los contratos. Ahí sí, preferible que esa plata se invierta en la participación del sector cultural en proyectos de educación ciudadana o en los que fomenten la convivencia y el respeto.

Y sí, es verdad que los recursos para la iluminación navideña, que salen del 10% de lo que pagan al año los caleños por el alumbrado público, siempre se destinan a ese propósito. Pero estamos en tiempos de emergencia y la comunidad vería con mejores ojos que se gestione un cambio de destinación de esos dineros, por ejemplo a mejorar las redes de servicios, a que pongan unas lucecitas o presenten sofisticados ‘mapping’ en carrozas que convocaran a la gente a las calles o abrirán las puertas para que en los barrios se prendan las rumbas y se fomente con ello la propagación de un virus que no cede.

Ojalá por una vez el Alcalde se bajara de la nube de soberbia en la que permanece subido y escuchara las voces de la coherencia. Que con humildad contara cada proyecto en el que invertirá los $650.000 millones del endeudamiento aprobado por el Concejo. Que aplazara la Feria como ya lo hicieron Barranquilla con su Carnaval o Río de Janeiro con el suyo, y que el alumbrado navideño se dejara para el próximo año, cuando se pueda disfrutar. Pero ya lo sabemos, nada de eso pasará.

Sigue en Twitter @Veperea

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