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La lógica

Alcalde, ¿no sería más lógico que en vez de gastarse -sí, gastarse, porque eso no es inversión ni siquiera en nuestros artistas-, los $11.000 millones en la Feria virtual, cogiera al menos la mitad de esa plata, la juntara con el resto de los recursos para la cultura caleña...?

1 de diciembre de 2020 Por: Vicky Perea García

Mientras el Alcalde de Cali y la Gobernadora del Valle anunciaban que el departamento y su capital entraban en fase de alerta naranja por el aumento de contagios del Covid-19, razón por la cual se suspendía toda realización de eventos presenciales con más de 50 personas en este fin de año, en el monumento de Cristo Rey se realizaba un festival de música electrónica con un centenar de asistentes.

La excusa: que era un evento promocional, de cinco programados en espacios públicos, para ayudar a los DJ de la ciudad que tan mal la han pasado en estos tiempos de pandemia. Lo grave: que estaba patrocinado por la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía, en claro desconocimiento de las órdenes municipales.

Días antes la polémica se servía en bandeja de plata cuando en un abierto desafío a las restricciones en que nos tiene la pandemia, un empresario anunciaba conciertos para los últimos días del año en su carpa de la Carrera 50, con todas las medidas de seguridad y con un aforo diario de ‘apenas’ 3000 personas -un ‘mísero’- 20% del total de las 15.000 que caben en ese espacio.

La excusa: que la economía se debe reactivar, que él y los artistas necesitan comer y no se les puede negar su derecho al trabajo. Lo grave: que el señor, además de desconocer los riesgos en que pondría la salud de los caleños, no contaba con los permisos necesarios ni se acordaba de las varias acciones en su contra por incumplir las normas contra el ruido y por generar caos en la movilidad del sector.

Semanas atrás era el propio alcalde el que nos contaba, con profunda emoción, que contra todo pronóstico los caleños sí tendrían su Feria decembrina, virtual eso sí, y en la que ‘solo’ se invertirían con recursos propios $11.300 millones, un poquito más, solo un poquito, que en los años anteriores.

La excusa: ayudar a la economía naranja local, darles un alivio a bailarines y artistas que llevan ocho meses sin hacer nada por el coronavirus y proyectarlos para que los conozcan internacionalmente. Lo grave: que no está claro por qué hacer una feria virtual cuesta más que las presenciales de los años anteriores con toda su logística incluida y si se justifica en la actual situación hacer ese gasto exagerado con todas las necesidades que tiene Cali por cubrir.

En todos los casos anteriores la excusa tiene un componente altruista: apoyar a un sector, el de la cultura, que ha vivido su peor año sin presentaciones, sin ingresos y sin un futuro previsible. Son nuestros artistas, nuestros promotores de eventos, aquellos que nos llenan de vida porque representan ese tatuaje, el de la fiesta, el baile y alegría, que los caleños llevamos impreso en la piel. A ellos, todos quisiéramos ayudarles, brindarles esa oportunidad que les permita salir de la olla actual, verlos levantarse y brillar como siempre lo han hecho sobre un escenario, ya sea el del tablado del teatro o el del adoquín de las calles de esta bella ciudad.

Pero pretender que la solución se dé en las últimas cuatro semanas de este ‘annus horribilis’, es por lo menos oportunista. En un mes no se les compondrá la situación, porque lo que se debió hacer, o incluso lo que se debe hacer en el próximo año y el siguiente también, que es el tiempo que según los cálculos se demorará la reactivación económica en Colombia y el mundo, es hacer programas especiales que los incluya, que les permita mantenerse ocupados y devengando o recibiendo algún ingreso estable.

Alcalde, ¿no sería más lógico que en vez de gastarse -sí, gastarse, porque eso no es inversión ni siquiera en nuestros artistas-, los $11.000 millones en la Feria virtual, cogiera al menos la mitad de esa plata, la juntara con el resto de los recursos para la cultura caleña y la destinara a proyectos estables para todo el 2021? Eso se ajusta más a la reactivación que se pide para la economía naranja local, no unas fiestas electrónicas para mostrar a los DJ, ni un salsódromo que se verá por internet, ni una carpa de espectáculos de un privado que aún mantiene la esperanza de que le den la autorización (¿o le paguen algún favor?) para hacer sus conciertos.

Sigue en Twitter @Veperea

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