Vuelve el Petronio

Arranca esta semana el Petronio Álvarez, en un año particularmente difícil para Cali, de ánimos caldeados y en el que terminamos los unos y los otros mirando a los unos y a los otros como si fueran de otra ciudad, como si fuéramos enemigos. Es lo que dejó el paro que comenzó en abril y del que poco a poco, con muchos retos, nos hemos ido recuperando.
El Petronio es este año, por todo lo que ha ocurrido, particularmente especial.

Después de tanto tiempo, estarán en tarima, con el poder de sus marimbas, los artistas más talentosos de la región. Con su música que cuenta historias de olvido y sanación. Se generarán cerca de tres mil empleos y en su puesta en marcha ya hay mil personas trabajando. En un año en el que el viche, además, fue declarado bebida ancestral y patrimonio colectivo, el Petronio será también una fiesta en su honor.

En el 2019, la ocupación de los hoteles de Cali durante el agosto en el que se realizó fue del 80%. La industria lo necesita esta vez. Cada caleño se gastó en promedio $42.000 y cada visitante $166.000. Es un festival eminentemente popular que rinde tributo a los ancestros del Pacífico, a lo que nos recorre las venas pero que parece a veces tan distante, a lo que nos debería unir.

El Petronio se financia básicamente con dineros de la Alcaldía que este año, como en los anteriores, ha estado comprometida: el 90% de lo que cuesta proviene del municipio. El resto se paga con apoyo del Ministerio de Cultura y algunos empresarios que le meten la ficha.

Cómo sería de maravilloso que las empresas caleñas, que tanto empleo generan, se conectaran también con ese Pacífico vibrante que llega con el Petronio. Me sueño un Mardi Grass o un Carnaval de Venecia en Cali, en el que todos bailemos bajo el mismo suelo y con el mismo cielo. El baile, la cultura, la música, la música y la pasión son también reconciliadores de las heridas abiertas. Y si a eso uno le pone viche, la bebida del Pacífico por excelencia, que calienta los vientres de las mujeres recién paridas y en cuyo significado se mezclan el goce y la eternidad, la cosa sale mucho mejor aún.

Bailemos en el Petronio. Cuarenta y cuatro agrupaciones de toda la región estarán presentes y es tan poderoso que de aquí salieron alguna vez, por ejemplo, los talentosos infinitos de Herencia de Timbiquí. En el Petronio 2006.
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