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Paciencia, por favor

El desespero no es buen consejero. Menos en una pandemia en la que todo es impredecible.

18 de mayo de 2020 Por: Vanessa De La Torre Sanclemente

El desespero no es buen consejero. Menos en una pandemia en la que todo es impredecible. Lo recuerdo porque siento que en Cali -y en gran parte de Colombia, en realidad- se está sintiendo una engañosa sensación de confianza, como si lo peor ya hubiera pasado. No nos equivoquemos, por favor. Se han tomado las decisiones correctas y por eso no hemos visto las cifras atroces que nos han llegado desde el otro lado del mar. España, Italia y Francia ya comienzan a tener lo más parecido posible a la vida cotidiana, pero vivieron el horror. Estados Unidos llega a millón y medio de contagiados y 90.000 muertos. Aquí nos hemos ido salvando. Y es cierto que todos estamos desesperados del encierro, pero lo que viene depende de lo mucho que nos sigamos cuidando.

Mientras escribo esta columna me llega el reporte del INS: 721 casos nuevos de covid-19 en el país en las últimas 24 horas. 50 en el Valle del Cauca. 18 fallecidos en el territorio nacional. Esto con 5471 pruebas, que es mucho más de lo que se hacía hace un mes, pero mucho menos de las diez mil, doce mil diarias, que pretende hacer el gobierno.

Mientras los números aumentan, muchos salen a las calles. Los que necesitan, porque les toca para poder vivir. ¿Pero cuántos por ocio? ¿Por necedad? ¿Por irresponsabilidad, inconsciencia o por esa absurda sensación que les hace creerse privilegiados aun ante un riesgo del tamaño del coronavirus.

Me cuentan de fiestas clandestinas en Cali, de encuentros para celebrar cumpleaños, de asados de domingo y verdaderamente me espeluzno. La confianza es una gran enemiga de este virus que arrinconó al mundo. Los chinos siguen lidiando con la zozobra de un segundo brote y lo más grave que podemos hacer en este momento, es creernos del otro lado.

Paciencia, por favor. A nadie le gusta el confinamiento. Pero hagamos lo posible para que cuando todo esto pase -porque también pasará- no se nos haya partido la vida en dos. Entre las muchas incertidumbres de la ciencia que tiene a sus mejores exponentes trabajando sin descanso para entender y contrarrestar el virus, hay una sola certeza: el distanciamiento social es, por ahora, el mejor remedio. No se nos olvide ni un solo instante y cuando nos llamen a invitarnos a romper las reglas de la cuarentena, pensemos en el costo tan alto que la soberbia y la irresponsabilidad puede cobrar.

Sigue en Twitter @vanedelatorre