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Gracias

En el afán de la cotidianidad se nos pasa dar las gracias. Por eso quiero hacerlo en esta columna. La verdad es que no me repongo del todo de la emoción de mi libro en Cali y en los otros varios lugares en donde lo he presentado hasta el momento.

21 de octubre de 2019 Por: Vanessa De La Torre Sanclemente

En el afán de la cotidianidad se nos pasa dar las gracias. Por eso quiero hacerlo en esta columna. La verdad es que no me repongo del todo de la emoción de mi libro en Cali y en los otros varios lugares en donde lo he presentado hasta el momento. Pero, sobre todo, lo más impactante para mí ha sido la receptividad de quienes lo han leído. Gracias.

Colombia es un país de titulares demoledores y de un permanente agite que nos lleva a los periodistas -y en general a todos- a vivir entre un torbellino informativo y otro. Es, además, un lugar en el que nos cambian constantemente las reglas del juego. Un día soñamos con pensionarnos y al siguiente nos dicen que no va a pasar. Un día nos entusiasmamos con un proceso de paz y al siguiente el Jefe negociador de la guerrilla anuncia que se rearma. Es un constante desinfle en el que mantener el optimismo es durísimo.

Se acercan las elecciones y Cali es un enigma. Nos quedan magias como la Feria del Libro y el Petronio a las que la actual administración les metió la ficha, con gente joven, mujeres talentosas y trabajadoras como mis queridas Isabela Salazar, Marisa Arabia y Lina Sinisterra, entre otras varias.

Mujeres que asumieron ese rol que la modernidad nos puso: hacer casi todo -o todo- bien. Ser mamás, amigas, esposas. Trabajar y criar hijos. Hacer el mercado y saber si en la casa, en la noche, se toma sopa o se come carne.

Es un mundo que sigue siendo complejo para nosotras las mujeres, a pesar de que otras de una generación más temprana nos abrieron el techo. A la nuestra le toca perfeccionarlo para que nuestras hijas no vivan los rezagos de cómo eran las cosas antes.

Les doy las gracias a ellas y a todas las mujeres de la administración que sale. Y les pido a las que vienen que nos sigan honrando a las mujeres trabajadoras.

Y a ustedes, todos, gracias por acompañarme en esta aventura literaria que es, también, un homenaje a esas mujeres que la pasaron mal y un día le hicieron caso al corazón. Que casi nunca se equivoca.
Se siente delicioso dar las gracias.

Sigue en Twitter @vanedelatorre