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Dar ejemplo

Que se hayan reducido -aunque sea un poco- las fiestas clandestinas en Cali durante el fin de semana, según el dato más reciente de las autoridades, es una noticia alentadora.

27 de julio de 2020 Por: Vanessa De La Torre Sanclemente

Que se hayan reducido -aunque sea un poco- las fiestas clandestinas en Cali durante el fin de semana, según el dato más reciente de las autoridades, es una noticia alentadora. Que los caleños más pudientes hagan fiestas, no necesariamente clandestinas, almuerzos, celebraciones de cumpleaños, desayunos y asados, es desesperanzador y muy preocupante. No se trata de adolescentes intrépidos e irresponsables, ni de personas que por su condición socioeconómica necesitan salir de sus casas. Tampoco son carentes de educación ni tienen limitado acceso a la información, como para no enterarse de que cada día en Colombia están muriendo más de 250 personas al día -252 ayer- por causas asociadas al coronavirus.

Cuando una persona con privilegios desde siempre rompe las reglas de la sensatez y se comporta igual a alguien que no ha tenido sus posibilidades o, peor aún, actúa con esa soberbia que lamentablemente heredamos de la mafia, la que indica que cada quien se cree dueño de su ley, que no importan los demás, que se puede hacer lo que se apetezca, ¿qué se puede pensar -y esperar- del resto de la sociedad?

Las reglas más elementales de comportamiento social indican que los más privilegiados deben dar más ejemplo. Fomentar el respeto, el cuidado a los demás, la responsabilidad. Hacer lo que corresponde que no necesariamente es lo que se quiere, sino lo que se debe. Su influencia determina el destino de muchos que los rodean. Sus actuaciones son imitadas y sus decisiones tienen relevancia en la sociedad civil. Por eso es tan grave que en un episodio como el que estamos viviendo, donde ha sido tan difícil que todos entendamos que el tapabocas hay que usarlo bien, que nos toca quedarnos en casa para frenar la expansión descontrolada de este virus, que la tragedia está a la vuelta de la esquina y que las unidades de cuidados intensivos están desbordadas, es muy triste que el ejemplo equivocado provenga desde algunos de los más beneficiados de la sociedad caleña. Decepcionante.

Si estamos esperando que la Policía acabe todas las fiestas de la ciudad o que los amigos o familiares se contagien y se pongan graves para entender la dimensión de lo que estamos viviendo, estamos, literalmente, fregados. Es momento de mostrar grandeza, de dar ejemplo, de decirles a los que no han entendido que esto es en serio, que hay gente muriendo, que un encuentro puede costar la vida, que todos podemos ser portadores, que todos podemos contagiar y que los contagios matan. Si a estas alturas no hemos entendido esto y seguimos haciendo y asistiendo a eventos sociales, grave. Muy grave. No hay policía que alcance si cada ciudadano necesita uno y no hay sociedad en el planeta que pueda sobrevivir a esta pandemia con encuentros sociales y fiestas de cumpleaños.

Sensatez, por favor. Grandeza, por favor. La ley es para todos y la ley en estos días está enfocada, básicamente, en salvar vidas.

Sigue en Twitter @vanedelatorre