Tendencias 2024

Llegó el momento de mirar hacia el 2024. Después de un año revuelto, tanto o más que los anteriores, es hora de sacar la bola de cristal y analizar algunas tendencias que se asoman en el ámbito geopolítico.

Empecemos con lo que no pasó en 2023: No hubo recesión mundial, la inflación está bajo control en las grandes economías, los mercados financieros, saludables. El temor de una ola peor del Covid no se materializó. Las tasas de interés en Estados Unidos y en Europa van bajando, y los conflictos en Ucrania no acabaron con el suministro de trigo. La inteligencia artificial no acabó con el mundo. Eso sí, el año termina en medio de conflictos sangrientos entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Hamas, y una marea de incertidumbre en lo político y económico.

El 2024 pinta movido. En lo político, la avalancha de elecciones alrededor del globo pueden cambiar la huella ideológica. En el 2024, ciudadanos de cuarenta países que representan más del 40% de la población y el PIB mundial irán a las urnas. Las más significativas serán las de Estados Unidos y Reino Unido, seguidas de India, México, Rusia, Sudáfrica e Indonesia.

Las elecciones americanas marcarán una tendencia de cambio que se sentirá en todas las esquinas. Hoy la campaña es una mezcla de dudas, división y batallas legales de lado y lado. Cualquier quebranto, de salud o legal, podría cambiar el camino del voto, del país y las relaciones con aliados y enemigos. Es difícil predecir los resultados en un electorado tan pesimista y antagónico, a pesar de un despeño económico fuerte.

La guerra entre China y Estados Unidos continuará coloreando los equilibrios políticos y económicos. Es muy probable que los conflictos regionales existentes sigan sin tregua, creando tensiones entre países y divisiones en la sociedad, forzando bloques y rompiendo alianzas. El terrorismo extremista seguirá, la immigración y el impacto de esta en las decisiones políticas y de seguridad también.

El sector energético muestra luces de optimismo. La energía renovable, principalmente solar y eólica alcanzará el 30% de generación global. A pesar de los fracasos en frenar el cambio climático, la conciencia, los compromisos claros y la tecnología mueve la balanza a favor de una agenda sostenible.

El impacto de la inteligencia artificial, es riesgo y oportunidad. Así como los servicios de traducción acercarán y facilitarán la interacción entre culturas y países, algunos servicios desplazarán a los humanos, acelerando el desempleo. Los consensos sobre asuntos éticos y la legislación avanzan mucho más despacio que la industria. Además como negocio, la inteligencia artificial todavía no muestra sus colores.

En el sector de salud las expectativas también son mezcladas. Mientras los avances en países desarrollado arrojan tratamientos más rápidos y precisos y en los países pobres y para los inmigrantes el acceso a la salud será cada vez más precario. La población mundial se está envejeciendo, y gastará más dinero en medicinas y tratamientos.

El ambiente post covid se normaliza, y los quebrantos en las cadenas de suministro empiezan a ceder, las empresas retoman sus proyecciones en medio de una pelea para el regreso a la oficina. El crecimiento mundial será modesto, estimado en 2,2 %, arrastrado por los países grandes y con mejor cara para los países en desarrollo.

Bienvenido el 2024 con sus riesgos y posibilidades. Será un año nuevo donde cabe el optimismo.