Sensaciones

Cuatro días de historias, autores, creadores y tejedores de palabras, auditorios hasta reventar, etnias, ensartando chaquiras multicolores, salpicones de frutas frescas, empanadas de carne, champús, arepas rellenas, chontaduros, cámaras de televisión, periodistas, reflectores, luces de colores, plantas, flores, música, boleros, salsa, la Banda Departamental y su concierto de áreas de películas inmortales.

Jóvenes, adultos, niños, sonrisas, reencuentros, abrazos, aplausos infinitos, preguntas, debates, conversatorios variopintos, autores conocidos y nuevos, todos maravillosos; cineastas, poetas consagrados o inéditos, con sus rimas en carpetas.

Resuenan en mi mente palabras e imágenes pegadas. Imagino al pájaro carpintero que quería ser pescador, un tiburón saxofonista, unas nubes rebeldes, el avión que no sabía volar, de la mano de Juan Fernando Merino, y gozo con los desmayos perfectos de Cecilia Szperling. Me estremezco con ‘Un lugar que no tenía nombre’ de Gabriel Alzate, o alucino con los jardines que marcaron la vida de Juliana Muñoz Toro, El Edén, el de Las delicias, los de Babilonia, el de Emily Dickinson, recuerdo que en mis épocas de alcohol y cocaína los odiaba, maldecía los pájaros y los árboles, y cómo mi lenta recuperación me regaló de nuevo el amor hacia las plantas y ahora me estremezco ante una ceiba o la danza de los guaduales con el viento.

Manuel Vilas, adentrándose en el cuerpo y el deseo de una mujer con ‘Nosotros’. Porque no existe el ‘yo’, si no hay un ‘nosotros’.

‘El Minuto’ de Julián Mejía Tobón que pone en el tapete cómo la vida nos cambia en un instante y todos estamos ligados de una forma u otra en los acontecimientos. Como afirmó Guillermo Arriaga, “¿Cuántas veces ha tenido que girar el universo para que dos seres se encuentren?” -Arriaga. Su presentación se convirtió en un delirio colectivo de aplausos infinitos. Su presencia imponente y la mirada casi inocente que esconden esa fuerza salvaje de sus libros. ‘Salvar el fuego’ y ‘Extrañas’ nos llevan al infierno y nos rescatan gracias al amor, la mayor fuerza del universo.

Las transgresiones de Gabriela Weiner, la reina del periodismo Gonzo, que traspasa límites morales y heterodoxos del sexo, ese sentido del humor, esa denuncia dolorosa, esa alegre melancolía de su mirada, ese valor para ir en contravía desafiante arriesgándose para lograr un mundo más igualitario. La violencia poética de los marginados, No Futuro de Víctor Gaviria que quitan máscaras y arrojan a la cara la vida excluyente y excluida de las comunas de Medellín en las que el presente es la única realidad. El documental sobre la vida de Nereo López, testigo de nuestra historia reciente plasmada en sus fotos, Nereo Inmortal.

La logística perfecta, la organización impecable, los encargados de la seguridad amables y estrictos. Libros, libros, libros. Un universo inagotable de ideas, experiencias, desafíos, propuestas, denuncias, en un ambiente bello y cálido.

Esta columna no puede abarcar todas las sensaciones y experiencias. Gracias al equipo imparable de la Biblioteca Departamental, Mónica, Catalina, Juan Carlos, James, Nelson, apasionados y enamorados del Oiga, Mire, Lea. En un año, si Dios quiere, ¡nos volveremos a encontrar!