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Medio siglo después

La mejor historia del gran estallido de Gabriel García Márquez a raíz de la publicación de Cien años de soledad, hace ahora medio siglo exacto, la contó Tomás Eloy Martínez.

30 de mayo de 2017 Por: Santiago Gamboa

La mejor historia del gran estallido de Gabriel García Márquez a raíz de la publicación de Cien años de soledad, hace ahora medio siglo exacto, la contó Tomás Eloy Martínez. El libro se acabó de imprimir el 30 de mayo de 1967 en los talleres gráficos de la editorial Sudamericana de Buenos Aires y salió a la venta el 5 de junio. Es innegable que la publicación previa de siete capítulos sueltos en revistas literarias del continente había creado expectativa en el público lector de varios países y sobre todo de Argentina. Lo cierto es que desde que se puso en venta el libro fue un éxito y pocos días después, invitado por la editorial, García Márquez fue con su esposa Mercedes a Buenos Aires. Y estando allá, paseando por las librerías y conociendo gente, acabó yendo a una obra de teatro de Griselda Gambaro llamada Los siameses. Entonces ocurrió algo y es que al entrar a la sala, que estaba muy llena, comenzó a correr una voz entre el público, y antes de que la pareja se sentara ocupando sus puestos un foco los iluminó y alguien empezó a aplaudir; luego se oyeron gritos, “¡felicitaciones por su novela!”, “¡gracias!”. Cuando todo el teatro supo para quién era el aplauso se convirtió en un estruendo. Eloy Martínez, que vivió ese momento, lo escribió en un memorable artículo titulado ‘El día en que todo empezó’.

Aparte de los libros biográficos sobre García Márquez, uno de los mejores sobre este estallido es ‘Aquellos años del boom’, del periodista catalán Xavi Ayén, el cual nos informa que en el primer mes, a 31 de junio de 1967, Cien años había vendido 7.490 ejemplares; en julio se hizo una segunda edición de 10.053 ejemplares; la tercera de agosto fue de 11.880 ejemplares. En diciembre se hizo la cuarta edición, de 12.420 ejemplares, y la quinta en marzo de 1968, con 16.110 ejemplares. El cálculo es que vendió 100.000 ejemplares anuales a partir de ahí, algo insólito en la literatura latinoamericana. Al analizar las cifras del libro de Ayén se ve que España no fue tan entusiasta y tardó en entrar a la gabomanía. Hasta 1974, la edición argentina de Sudamericana había vendido un total de 838.561 ejemplares, mientras que la de Edhasa, en Barcelona, que sacó el libro en marzo de 1969, sólo facturó 100.000 ejemplares. Ocho veces menos. Lo de España tiene algo suplementario y es que la mítica editorial Seix Barral rechazó Cien años, aparentemente por un descuido del editor Carlos Barral, quien de todos modos reconoce haber rechazado ya antes otros libros de García Márquez, tal vez La hojarasca, La mala hora o El coronel no tiene quien le escriba.

El primer contrato de traducción de la novela fue al francés, con la editorial Seuil, apenas del 26 de abril de 1967; le sigue el italiano de Feltrinelli del 2 de octubre de 1967 y el norteamericano de Harper & Row, de noviembre de 1967. En Alemania fue rechazada por varias editoriales, hasta que finalmente, en 1968, fue contratada por Kiepenheuer. Y a partir de ahí llovieron las ofertas, pues en 1969 se firmaron otros 16 contratos de traducción. Y ya el mito de Cien años fue imparable, hasta nuestros días, cuando se calculan más de 50 millones de ejemplares vendidos a medio siglo de su publicación. Como dijo el propio García Márquez: “Si los lectores de Cien años fueran un país, este sería uno de los diez más poblados del mundo”.

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