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La hora del adiós de James

No sé si todas las hinchadas sean tan irracionales e injustas como...

13 de abril de 2016 Por: Santiago Gamboa

No sé si todas las hinchadas sean tan irracionales e injustas como la del Real Madrid a la hora de determinar la responsabilidad de sus frecuentes descalabros. Para cualquiera que vea las cosas con cierta distancia, sin ese componente emocional que suele tener el fútbol, es absolutamente claro que la catástrofe de resultados del Real Madrid en la Liga -no en la Champions, donde navega gracias a la genialidad de Cristiano- se debe a sus directores técnicos y no a los jugadores. Al equipo le sobran futbolistas talentosos en todas las posiciones, tanto que el Real Madrid es la prueba viviente de que es casi tan difícil hacer una buena formación cuando no se tienen estrellas, como cuando se tienen demasiadas. El asunto está en saber disponerlas en el campo. Dirección técnica, estrategia.En medio de ese remolino está James Rodríguez, al que ahora culpan de la debacle en la Liga argumentando un bajo rendimiento, como si el poquísimo tiempo que los directores técnicos le concedieron en el campo pudiera ser la causa del naufragio de semejante transatlántico. Las declaraciones de James tras el partido de Colombia con Ecuador, “Juego bien porque juego”, hicieron que Zidane y la afición acabaran de castigarlo, a lo que vino a sumarse algo francamente infantil, por no decir ridículo, que es interpretar como burla la sonrisa de James cuando alguien le cuenta algo mientras el equipo pierde con el Wolfsburgo, pero sin mencionar en la acusación ni crucificar al que se lo cuenta.Ancelotti, que fue el mejor técnico del Real Madrid en estos años, puso a James de titular en todos los partidos y el resultado de la temporada fue de 17 goles y 17 asistencias, más que el delantero Cristian Bale. Pero en ese año el Real Madrid no coronó ni la Liga ni la Champions, así que Ancelotti quedó en la calle. Su sucesor, Benítez, decidió entrar de original y revolucionario y dejó fuera a James, que en ese momento era uno de los jugadores más regulares y queridos del plantel. Y ahí empezó todo. Si no juega regularmente, ¿cómo puede tener regularidad? Pero si no la tiene resulta ser… ¡culpa del jugador! Un sistema acusatorio francamente infantil.Lo que James dijo de forma espontánea tras el partido con Ecuador -no fue un comunicado a través de asesores y abogados- es la absoluta verdad, pero el Real Madrid exige una actitud de Reality Show en la que todos deben responder con obviedades que corresponden al guion oficial. Por esto no hay nada más absurdo que el periodismo futbolero en vivo. ¿Qué puede agregar una entrevista a un técnico o a un jugador después de un partido? Dirán siempre frases blandas o, como en el caso de Benítez, le darán rienda suelta a su egocentrismo y a su mala leche pero con palabras medidas.James debe irse inmediatamente del Real Madrid, un equipo que ya no cuenta con él y que hasta que no resuelva el problema de la dirección técnica y consolide una identidad seguirá siendo el segundón o tercerón de la Liga que es hoy. Un tercerón millonario. James, que es joven y tiene talento, puede ayudar a revertir esta situación, pero si en lugar de ponerlo a jugar lo insultan y lo humillan, culpándolo de las cosas más infantiles, tendrá que irse, ojalá cantándoles a todos, a la hinchada y a Florentino y a Zidane, lo mismo que dice Nat King Cole en su célebre balada: “Adiós, goodbye, Au revoir!”.Sigue en Facebook Santiago Gamboa - club de lectores