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“Perder es ganar un poco”

A la mente se vienen las inolvidables palabras del profesor Maturana en...

20 de abril de 2013 Por: Ricardo Villaveces

A la mente se vienen las inolvidables palabras del profesor Maturana en sus épocas de director técnico de la selección Colombia al observar lo ocurrido esta semana en Venezuela. Capriles al parecer perdió las elecciones y con reconteo de votos o sin él va a ser muy difícil que pueda llegar a ocupar la Presidencia en este período pero, a no dudarlo, fue el gran triunfador de estas elecciones. En condiciones muy desventajosas y con la presencia tan protagónica y reciente de un Chávez que sus seguidores ponen a la altura de Bolívar y otros le dan un carácter de santo, lograr en un período tan corto y en circunstancias tan difíciles una votación tan alta fue, sin duda, una gran victoria.Por el otro lado, todos los indicadores económicos de Venezuela hacen pensar que el reto que tendrá Maduro para superar los problemas va a ser formidable y con la deuda tan elevada, con el déficit fiscal que tienen, con unos precios del petróleo debilitados y un sector productivo desbaratado, que se manifiesta en el desabastecimiento generalizado, no le va a resultar sencillo superar tantas dificultades. Si esto fuera poco, los índices de seguridad se deterioran cada vez más y la desconfianza inversionista es muy grande incluso entre quienes han sido sus socios. Lo que es más grave, el país ha quedado completamente dividido y por más autoritarismo que se pretenda ejercer el nuevo Gobierno nace altamente debilitado. Si Capriles maneja con tino esta situación no solo se seguirá fortaleciendo como líder sino que será una verdadera opción de poder para el futuro. El reto para él y sus seguidores será el de manejar con acierto su papel de opositores y no dejar que el país entre en una fase de caos, e incluso de violencia, con consecuencias completamente incontrolables. Al parecer así lo ha entendido el gobernador cuando ha pedido a sus seguidores abstenerse de las marchas y limitar las protestas públicas a los llamados ‘cacerolazos’. Lo importante ahora es que tienen que organizarse y pasar de la etapa ‘insurgente’ a la de convertirse en una verdadera alternativa de poder.Para Colombia, como mucho se ha repetido, lo que menos le conviene es una Venezuela desestabilizada. Ojalá Maduro pudiera lograr esa consolidación del país y superar sus problemas, pero no se ve por ninguna parte que esto pueda ser así. Por ello el mejor escenario para los dos países es que esta transición no vaya a ser violenta y en el entretanto la oposición se siga consolidando y preparando para recibir, más temprano que tarde, un país que va a estar en cuidados intensivos, pero que sigue manteniendo el altísimo potencial que le proporcionan sus recursos naturales y un grupo muy grande de venezolanos altamente calificados muchos de los cuales hoy se encuentran regados por el mundo pero que, seguramente, pueden jugar un papel muy importante apoyando a quienes, como Capriles, se han quedado luchando por el país que sueñan. En ese momento los hoy perdedores serán los grandes ganadores de un país atribulado.