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Lo prioritario

En fin, todas las dimensiones del diario vivir y hace imprescindible mantenerlo como una prioridad tanto a nivel de los gobiernos locales y nacional, como de las empresas y los individuos.

14 de enero de 2022 Por: Ricardo Villaveces

Comienza un nuevo año y la lista de temas pendientes para el país es grande y retadora. Los colombianos hemos sido capaces de salir adelante en muchos difíciles momentos y, como dice la sabiduría popular: “En sitios más oscuros nos ha cogido la noche”.

Los problemas por abordar son muchos y, por ello, es necesario priorizar y concentrarnos en los de mayor impacto. Generación de empleo, crecimiento, control de la inflación, seguridad ciudadana son temas importantes, a más de los que forman parte de la agenda casi que permanente como son la lucha contra la corrupción, contra el narcotráfico etc. La lista se podría extender mucho más. Sin embargo, es muy importante tener claro que hay algunos asuntos a los que se les debe dar una gran prioridad en lo inmediato.

Uno de ellos es el de la vacunación y más vacunación. Nuevos cierres del estilo de los que vivimos en 2020 no son sostenibles ni económica ni socialmente. Como lo están aceptando muchos países y en alguna medida Colombia, hay que convivir con el virus con prácticas sencillas como el tapabocas, pero sobre todo con vacunas. De no dársele un manejo adecuado este factor impacta en el corto plazo el crecimiento, el sistema de salud, el empleo, la educación.

En fin, todas las dimensiones del diario vivir y hace imprescindible mantenerlo como una prioridad tanto a nivel de los gobiernos locales y nacional, como de las empresas y los individuos.

Temas relevantes son muchos, pero hay que tener en mente que algo verdaderamente importante en este año es el proceso electoral. Es muy preocupante la conclusión que se desprende de encuestas, como la última de Invamer, sobre el grado de pesimismo y desconfianza entre los ciudadanos. Todo y todos aparecen con muy malas calificaciones y el desprestigio de prácticamente todas las instituciones es desalentador.

Ese es un mal ambiente para enfrentar un proceso electoral pues puede dar lugar a una abstención más allá de lo normal, o a votos irreflexivos donde se busque cambiar por cambiar sin saber ni que es lo que se quiere cambiar, ni que es lo que se podría cambiar.

Es lógico que la atención se ponga en las elecciones presidenciales, pero allí todavía falta terreno por recorrer. Apenas se está llevando a cabo un proceso de depuración en el que varios candidatos han declinado sus aspiraciones y falta conocer lo que pueda ocurrir con las coaliciones. Lo inmediato y lo prioritario son en este momento las elecciones de marzo.

Allí se define el Congreso que hará viable o inviable el plan de gobierno de quien salga elegido y, de otra parte, es en ellas donde se definen los candidatos de las coaliciones. Por eso lo prioritario en el corto plazo es participar en estas elecciones. Hay buenas opciones para el Congreso y de allí deberían salir candidatos fuertes para la primera vuelta que permitan a muchos de los indecisos ejercer su voto con convicción. La tarea urgente, entonces, es escoger conscientemente para votar por gente seria para el Congreso y participar en las consultas de las coaliciones.