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La autonomía del Banco de la República ha sido, sin duda, uno...

11 de septiembre de 2010 Por: Ricardo Villaveces

La autonomía del Banco de la República ha sido, sin duda, uno de los grandes logros en materia de solidez institucional y estabilidad macroeconómica. Logro éste que se ha conseguido a pesar de las fuertes presiones que en distintos momentos se han dado para volver al manejo discrecional por parte del gobierno de turno. La Junta del Banco, por su parte, ha sabido mantener la independencia y, en importante medida, el optimismo que despierta el futuro económico del país se le debe al acertado manejo que ellos han hecho de las herramientas de política de que disponen.Es indudable también que el desempleo, el subempleo y el empleo disfrazado son algunos de los problemas más críticos que enfrenta Colombia y son la causa de angustia para miles y miles de colombianos. Difícilmente el presidente Santos va a poder lograr los resultados que se propone en materia de lucha contra la pobreza y avances en los temas de equidad y exclusión si no se generan nuevas fuentes de empleo y, sobre todo, de un empleo formal y con posibilidades de estabilidad.Ahora bien, el logro de ese propósito va a ser muy difícil de alcanzar si persiste la preocupante situación cambiaria. Ya mucho se ha dicho sobre el efecto que está teniendo en aquellas empresas orientadas a la exportación. Lo que se debe recordar, sin embargo, es que el efecto perverso de la revaluación no afecta sólo a los exportadores sino a todas las actividades transables. Cada día son más y más los riesgos de los productores nacionales frente a la presencia creciente de importaciones no siempre de buena calidad ni con respaldo confiable, pero capaces de afectar severamente los mercados de los colombianos. Pero es más, la revaluación golpea seriamente una economía de servicios que se empieza a consolidar en el país alrededor del turismo y de actividades como las de los ‘call centers’ que tienen buenas perspectivas, pero que resultan cada vez más costosas para quienes tienen que pagar en dólares por esos servicios. El reto para la Junta del Banco es grande e inaplazable. El tema no es de fácil solución y son muchos los factores a favor de una moneda cada vez más fuerte, pero no es menos cierto que no somos los únicos con ese tipo de problemas y, en cambio, sí somos uno de los países con una mayor tasa de revaluación. Hay algo que los otros están haciendo mejor. Son muchas las fórmulas que se han escuchado por estos días. Parece evidente que ninguna va a solucionar el problema de manera estructural, pero seguramente sí se logrará atenuar su impacto. El Banco tiene que ser más creativo y, quizás, más agresivo. Por ejemplo, las intervenciones al estilo Perú sin anunciar y comprando montos más grandes de divisas pueden ayudar bastante. Lo que resulta fundamental es entender que se está frente a una situación que puede dar al traste con muchas de las intenciones del gobierno y Colombia, junto con el ejército creciente de los desempleados, se verán frente a una situación verdaderamente explosiva