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180 grados

A quienes nos tocó participar en actividades internacionales en los años 80...

3 de diciembre de 2011 Por: Ricardo Villaveces

A quienes nos tocó participar en actividades internacionales en los años 80 y 90, e incluso en los primeros años de este nuevo siglo nos tuvimos que acostumbrar a que se nos mirara con cierta lástima en el mejor de los casos o con mucha prevención en otras ocasiones. Los temas recurrentes eran el narcotráfico y la violencia y los interlocutores se preguntaban cómo se podía vivir en un país como el que mostraban los medios de comunicación. Pero, además, era casi impensable que alguien quisiera hacer inversiones en Colombia, y en los muy contados casos en que esto ocurría a estas empresas o personas se les consideraba casi como unos aventureros. A los profesionales colombianos que se les abrían oportunidades en el exterior se les consideraba, en su gran mayoría, muy competentes, pero el ser colombianos no representaba mayores ventajas, pues normalmente terminaban trabajando en temas completamente ajenos a los relacionados con Colombia pues éramos, como dijo un expresidente, el ‘Tibet de Suramérica’, y muy pocos tenían relaciones con nosotros.Hoy las cosas han cambiado de manera radical. Colombia no sólo está incluida en el llamado grupo de los Civets, lo que podría ser sólo un eslogan sin mayores consecuencias, sino que verdaderamente se ha vuelto el objeto de interés de inversionistas, analistas y grandes empresas que ven en Colombia una gran oportunidad. Y es que no podemos olvidar que no sólo somos la democracia más antigua de América, el país que siempre ha cumplido con sus obligaciones etc, etc, sino que, objetivamente, somos un mercado muy atractivo. Colombia tiene un PIB que cada vez está mas cerca del de Argentina y es más del doble del que produce toda Centroamérica. Lo mismo ocurre en términos de población y nuestro ingreso per cápita de US$10.500 nos ubica ya como país de ingreso medio y como un mercado cada vez más atractivo y de gran potencial.Cada día son más y más los inversionistas que llegan a Colombia y los negocios que se cierran. “Sin querer queriendo”, como decía el Chapulín Colorado, muchas de las empresas del país son hoy propiedad de inversionistas extranjeros o tienen participación en su propiedad y llegan nuevas personas y empresas interesadas en desarrollar negocios en Colombia y con colombianos. Y, además, son muchas las empresas colombianas que hacen presencia en otros países en forma cada vez más importante y exitosa.Todo lo anterior, entre otras, lleva a que para los profesionales del país que se encuentran en el exterior ser colombiano se vuelva un verdadero activo, pues se convierten en la puerta de entrada a nuestro país. Las perspectivas económicas, de gobernabilidad y de progreso son, sin duda, muy optimistas y da mucha tranquilidad saber que el país está bien enfocado y bien manejado.El reto ahora será avanzar en la agenda de temas pendientes, sabiendo que estamos interconectados con el resto del mundo de manera creciente con todo lo que ello supone en términos de oportunidades y desafíos. Ojalá no vayamos a desperdiciar ese “cuarto de hora”.