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Presidente en ridículo

Con la fuga, cómoda, tranquila, camino subterráneo y largo, de Joaquín Guzmán...

28 de julio de 2015 Por: Ramiro Andrade Terán

Con la fuga, cómoda, tranquila, camino subterráneo y largo, de Joaquín Guzmán –el célebre ‘Chapo’, bandido que suscita interés mundial– el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quedó en ridículo como incapaz, sin autoridad. A la captura del delincuente número uno –con fama de su oficio criminal en Latinoamérica y Europa– se exhibió, orondo, en la Tv. y afirmó que el ‘Chapo’ no volvería a escapar de una prisión mexicana. También el procurador Jesús Murillo Kanam, salió en la Tv. a promover que “no existe posibilidad alguna de una nueva fuga de ese delincuente”. El coro de autoridades menores, repitiendo lo mismo, ensordeció al país. La fuga del ‘Chapo’, por el túnel de más de un kilómetro de largo hecho por expertos, con aparatos de ventilación sofisticados, fue bofetada al locuaz Presidente. La fuga del ‘Chapo’ tiene connotaciones mayores que el acto en sí y –de nuevo– de la convivencia de muchos sectores del Gobierno con los carteles de la delincuencia. La publicitada ‘política de seguridad’ del mandatario Peña Nieto voló en pedazos. En México el crimen organizado en ‘pandillas’ de temible eficacia, sigue campante. Como ocurrió con la muerte a tiros de los 43 estudiantes en Iguala, en la que participó el Alcalde y la Policía. México, el luminoso faro de la cultura en América Latina, tierra de Octavio Paz y tantas glorias de la literatura y el arte, sigue golpeada por la violencia demencial de organizaciones sofisticadas: millonarias, despiadadas, expertas, que exhiben a ese maravilloso país como invitado por el crimen. El ‘Chapo’ emprendió su cómoda fuga de ‘El Altiplano’, la cárcel más segura de México, con los mecanismos más sofisticados para evitar fuga de reclusos. ¿Cómo pudo evadirse? Los analistas mexicanos coinciden en que los mafiosos son especialistas en sobornar autoridades y su evasión de los centros en que son recluidos. Esa relación impúdica se ha mantenido por décadas. Las organizaciones delincuenciales de patria de Juárez son unos de los estigmas más graves de la nación. Las más poderosas tienen presupuestado el costo de su escape de la prisión. Esto no es afirmación gratuita. Los propios columnistas y reporteros de prensa subrayan tamaño arreglo. ¡Qué contraste! México, gloria de la literatura y el arte latinoamericano, donde ocupa el primer lugar, tiene nefasta imagen por la vigencia del crimen organizado. Contra el que libra una batalla de medianos resultados.